Seis años después el Teleférico del Pic del Carroi vuelve a salir a palestra, después de que el Diari d'Andorra publicase este martes que el empresario Joan Viladomat ha propuesto volver a intentar llevar cabo el proyecto. Su construción no es nada barata, y necesitaría de muchos actores para que se pudiese hacer realidad.
No obstante la semana pasada la Cónsul mayor de Andorra la Vella, Conxita Marsol, presentó lo que será la reforma del centro histórico de la capital del pequeño país de los pirineos, y entre lo que se pudo ver, estaba también previsto colocar la estación de salida de un teleférico frente al edificio de Gobierno, aunque no se descarta que pudiera ir en otro lado.
Al parecer esa terminal de salida está ahí prevista porque Joan Viladomat se reunió hace un par de semanas con la Cónsul para mostrarse su interés en que este proyecto tire adelante.
Aún asi, dada la envergadura económica, se necesitaría la entrada de más capital privado. Y ahí parece que los austriacos de Doppelmayr están dispuestos a participar. Sin esta financiación el teleférico no se construirá.
La voluntad del Comú de Andorra la Vella es que el teleférico se convierta en el centro sobre el que giraría la voluntad de convertir la capital del país en un atractivo turístico nacional de primera magnitud más allá del reclamo comercial.
No obstante hay muchas incógnitas acerca de su rentabilidad teniendo en cuenta que todo el proyecto, de conectarlo a las pistas de Pal, costaría entorno a 40 millones de euros.
La alta gastronomía de montaña, algo en lo que Andorra se ha especializado mucho en los últimos años, no va a faltar y será uno de los ejes principales, pero esto solo no da para rentabilizar todo el proyecto, que prevé la construcción de un mirador, un centro de ocio y diferentes restaurantes de todo tipo, tanto para el buen gourmet como para el que busca algo básico.
Pero los expertos consideran que sólo con la oferta gastronómica sería complicado garantizar su viabilidad. Así que para asegurar el retorno económico se debería conectar hasta las pistas de Pal, haciendo que el teleférico llegase hasta el Pla de la Cot, donde también hay un restaurante. En este caso los beneficios se disparan al hacer de Andorra la Vella todo un pie de pista, pero también se dispara el precio, ya que si bien el sector hasta el Pic de Carroi cuesta 12 millones de euros, construir otro tramo desde esta cima a las pistas de la Massana sería otros 28 millones. Y eso siempre y cuando no hubiese nada que encareciese la obra.
De hecho hay que tener en cuenta, y por eso el alto coste del segundo tramo, que ls características orográficas desde el Pic de Carroi al Pla de la Cot son complicadas.
Y es aquí donde hay un segundo problema. Y es que si bien el primer tramo sale desde el terrenos del Comú d'Andorra la Vella, la llegada tanto al Carroi como al Pla de la Cot, es en terrenos de La Massana que es quien debería dar el permiso. Teniendo en cuenta que este teleférico busca hacer de la capital del país un pie de pistas, y por tanto los esquiadores podrían quedarse a dormir en esa ciudad en lugar de los hoteles de la Massana, el tema del permiso podría ser más complejo ya que un Comú le 'birlaría' clientes al otro.
De todas maneras parece que según Conxita Marsol, los Comuns de la Massana y Andorra la Vella tienen firmado un acuerdo con el Gobierno de Andorra para declarar el proyecto de interés nacional, tal como se hizo con la pasarela de Soldeu. Ahora bien, esto no significa que los trámites entre las administraciones estén cerrados y desde que se produjo la disolución de Vallnord y la entrada de la estación de esquí Arcalís dentro de la estructura de Grandvalira las conversaciones no son tan fluidas.