Hace veinte años un puñado de esquiadores montaron en Mt. Baker, en el estado de Washington, una pequeña fiesta para celebrar el final de temporada. Construyeron el salto más grande que sus palas les permitió, y se pasaron el día realizando trucos y bebiendo cerveza. La reunión se hizo cada vez más grande, se apuntaron otros y se añadieron los snowboarders. Un día pasaron a llamar el evento como la Sesh Up y desde entonces se ha logrado organizar 13 ediciones.
La última fue el pasado sábado 21 de mayo. Pese a que la estación sigue sin estar implicada y ya ha cerrado los remontes desde varios días atrás, se ha convertido en algo que empieza a ser grande, pero la filosofía sigue siendo la misma: hay que traer palas y entre todos montar el kicker. Otros traen cervezas, otros música, y algunas chicas simplemente se quedan en bikini.
Una de esas chicas a punto estuvo de morir decapitada en la Sesh Up 2017, cuando un esquiador montado en un paracaídas le pasó rozando en una maniobra que no se sabe si fue fortuita o quiso hacer la gracia.
La fortuna quiso que la chica realizara un ligero movimiento en el último momento. El suficiente como para que los esquís del chico pasaran a escasa distancia de su cuello pero sin gravedad alguna. Era la edición número 13º, pero desde luego este número no ha significado mala suerte para la chica...