Este cambio de tiempo, aunque conllevará una bajada de las temperaturas que no se había experimentado hasta ahora en lo que llevamos de invierno, no debería significar ningún estado de alarma, como sí está ocurriendo en varios países del centro y el este de Europa. A pesar de que las temperaturas a las que llegaremos serán las que deberían ser habituales en invierno, la calidez de las últimas temporadas y, en especial, del pasado mes de diciembre, harán que la bajada de los próximos días supongan un fenómeno relativamente novedoso en el Principado.
Discrepancia
Los descensos de las temperaturas, sin embargo, no vendrá acompañado de nieve: a partir de la próxima semana tendremos un clima de crudo invierno pero con ausencia de precipitaciones importantes para la llegada de viento seco del noreste. En este punto, sin embargo, existe discrepancia entre algunas fuentes meteorológicas del país, ya que mientras que algunos profesionales afirman que el origen de la masa es siberiana, Guillermo Martín, del Servicio Meteorológico de Andorra, afirma que se trata «de un viento procedente del Ártico, con origen del norte, lo que no produciría un descenso de las temperaturas tal como lo haría un de origen ruso.».
Sin embargo, lo que sí queda confirmado es que las oscilaciones térmicas que se producirán en los próximos días podrían alcanzar los 15 grados de variación en parroquias altas (Canillo pasaría de los 7 grados positivos de ayer a los -7 mañana a la misma hora). Los picos más altos del país, por otra parte, se podría llegar a los -25 grados, unas temperaturas que, aunque podrían parecer extremas, se acaba llegando en algún momento del invierno cada temporada. En parroquias centrales, las temperaturas máximas no superarán los 0 grados a partir del sábado, mientras que a 1.500 metros quedaría sobre el -5 y, a partir de los 2.000 metros, rozaría los -8 grados. Por otra parte, también se esperan vientos muy fuertes que podrían alcanzar los 90 km por hora.Nieve
Durante las próximas horas se podrían llegar a acumular hasta 10 cm de nieve, unas cantidades que se incrementarían durante la noche del sábado al domingo, periodo en el que se podría alcanzar el medio metro -siempre hablando de cotas altas. En cuanto a las parroquias centrales, el fin de semana podría enblanquecer las calles con entre 5 y 10 cm de nieve, unos espesores que se mantendrían durante la próxima semana gracias a la pronunciada disminución de los termómetros. Las estaciones de esquí podrán disfrutar, pues, de nuevos grosores de nieve para el disfrute de sus usuarios, que ya llevaban casi siete semanas sin probar un cierto cruje de polvillo natural.