Te ponen un plato, tienes 18 minutos para comerlo, y al llegar a la base los camareros tienen otros 80 segundos para preparar el siguiente. Toda una logística que hizo que el año pasado, pese a que la primera edición del SkyHigh fue todo un éxito, se decidiese hacer una pausa. El pasado 25 de Junio mientras aquí estábamos en jornada de reflexión para las elecciones del 26-J, en Whiswtler Blackcomb hasta 260 personas disfrutaban de una muy original comida en altura.
La realidad es que actos como estos ya se han hecho en otros telecabinas. En estaciones de esquí en Italia y Francia por ejemplo o en el de Montjuich en Barcelona, donde hasta hace pocos años se ofrecía esta posibilidad.
Pero organizar algo así conlleva de una logística y coordinación que tiene que ser perfecta. No solo por parte de los organizadores y los muchísimos trabajadores, sino también de los comensales.
La iniciativa este año partía de un restaurante de Whistler, quien decidió donar los beneficios a la Fundación Whistler Blackcomb (FMB) que participa en varios programas para la comunidad de la población de Whistler, entre ellos actividades para los niños o proyectos de la naturaleza.
Para la SkyHigh se alquilaron a diferentes empresas o particulares las 26 cabinas a 8.500 dólares cada una, comida y servicio de catering incluido. Cada una de estas entidades podía invitar a 10 personas por cabina, las cuales se amueblaron con sillas, mesas, mantel y hasta un candelabro.
El tiempo de trayecto del Peak 2 Peak es de unos 11 minutos, pero se ralentizó el trayecto para que durara 18 minutos. Es el tiempo que tenían los comensales para comerse lo que tenían sobre la mesa. Al llegar a la estación, los camareros entraban, retiraban los platos y colocaban los nuevos. Todo en 80 segundos. A la vuelta la operación era la misma, así hasta cinco platos.
La iniciativa fue un éxito y todo un acto social, y la Whistler-Blackcomb Foundation espera poder repetir esta comida en altura el año que viene.
Inaugurado el 12 de Diciembre de 2008, el Peak 2 Peak sigue siendo hoy toda una proeza de la técnica de los remontes por cable. Este 3-S se sustenta a lo largo de más de 3 kilómetros tan solo por cable, ya que las 4 pilonas están tan solo en las estaciones de salida y llegada. Cuenta con 28 cabinas todas de color rojo excepto dos pintadas en plata y suelo de cristal. Son capaces de resistir rachas de viento de hasta 120km/h y cuentan cada una con un radar para avisar a cualquier aparato volador que se acerque demasiado. Tienen además del récord del mundo de altura. Cuando pasan por el Fitzsimmons Creek hay 436 metros hasta el suelo.