Si eres profesor de esquí la seguirás haciendo eternamente y es muy probable que las rodillas se resientan. Un paseo por la principales escuelas de Sierra Nevada es suficiente para constatar que la mayoría de los profesores de esquí han tenido problemas con sus articulaciones y muchos han sido operados alguna vez. Lograr jubilarse en el sector puede ser una raya en el agua.
Treinta y cinco años de cotización son, grosso modo, el tiempo necesario para acceder a una pensión en España. Hay excepciones, como ocurre con los Cuerpos de Seguridad del Estado o la minería, entre otras. No es el caso de los profesores de esquí. A pesar de la exigencia física y la estacionalidad, esta profesión, clave para el funcionamiento de cualquier estación invernal, no cuenta con ningún tipo de especificidad en lo que a jubilaciones se refiere. Si no se da el salto a otro puesto, toca abandonarla o seguir con los esquís puestos mientras el cuerpo aguante.
Manuel Lara tiene 56 años y sigue en activo en la Escuela Española de Esquí. Las rodillas lo respetan, aunque reconoce que 22 años haciendo la cuña son un martirio para los meniscos. Compaginó durante mucho tiempo el trabajo en la nieve con el de socorrista acuático pero lo fue dejando. Ahora colabora en verano con algunos eventos deportivos. Sobre todo hace deporte, mucho deporte. Ese es el otro pilar de la profesión,
Es el caso de su compañero de escuela Manuel Castro, de 62 años y posiblemente el profesor con más años de servicio de la estación, 22 de ellos haciendo doble temporada en Chile. Para Castro, la solución pasaría por la posibilidad de una jubilación anticipada. De lo contrario, serán muy pocos los que puedan agotar su vida laboral en este sector,
Uno de los privilegiados que conseguirán jubilarse este año es Javier Mendaza (Escuela Internacional). Este año trabaja su última temporada como profesor de esquí, la número 43. Inmediatamente después de ellos hay una generación de profesores en Sierra Nevada que no oculta su preocupación sobre el futuro.
Carlos Sáenz, de la Escuela Oficial, reconoce que no volvería a trabajar de profesor si volviera a empezar. Es crítico con la formación de las nuevas generaciones de profesores y asegura que la remuneración es muy baja. También duda su compañero de escuela Manuel José Castillo, que tiene a sus espaldas 23 temporadas enseñando a esquiar. A pesar de ser técnico agrícola, lo dejó todo por dedicarse al esquí. A parte de algún trabajo esporádico en verano, la de profesor de esquí ha sido y es su profesión.
En Sierra Nevada se está gestando un movimiento que quiere luchar por la consecución de un régimen especial de jubilación como el que existe en otros sectores, también estacionales y con gran exigencia física.
Los trabajadores del mar, por ejemplo, tienen una serie de coeficientes reductores en la edad de jubilación debido a la dureza, condiciones de penosidad y lejanía, entre otras cosas. Su aplicación puede reducir la edad de jubilación hasta en diez años. Mariscadores, percebeiros y recogedores de algas pueden aplicar, por citar un caso también estacional, un coeficiente reductor de 0,10.
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