Rapallo es un hombre de números. Permaneció en una cabina pinchando música durante
170 horas y un minuto, una hazaña al alcance de muy pocos. Su inscripción en el Libro Guiness de los Records se pudo ver reflejada en el Empire States y el almeriense demostró como la tenacidad, logrando tres veces el récord de permanencia en cabina, tuvo su recompensa con la imbatibilidad de aquel momento.
De aquello han pasado 20 años, y ahora para celebrar aquella fecha se ha propuesto batir otro record relacionado con otra de sus pasiones: el esquí. Se trata de pasarse 24 horas seguidas esquiando, y lo quiere hacer en su estación, Sierra Nevada, quien colaborará con el intento, poniendo en marcha un telesilla, e iluminando una pista, según relata el propio discjockey:
"la pista donde se celebrará esta hazaña reúne las condiciones legales e idóneas que exige la Ley para este tipo de competición. La alimentación del concursante será controlada por un equipo médico-facultativo.
Existirá constancia notarial del evento para su posterior homologación del récord que se pretende establecer. eSi se obtiene, la inscripción del nombre de Rapallo y el de la estación de squí de Sierra Nevada quedará reflejada en el prestigioso libro de los Record's Guinness con una tirada de 65 millones de ejemplares, distribuidos por 140 países. "
El intento de comenzará el 1 de mayo a las 18h, y finalizará a la misma hora del 2 de mayo. Rapallo quiere rendir al mismo tiempo un homenaje póstumo al antiguo relaciones públicas de Cetursa y campeón olímpico, Francisco Fernández Ochoa.
Según Rapallo este record se intentó hacer en 1990 pero las pistas no estaban iluminadas por la noche. Ahora será posible al haberse puesto iluminación nocturna. El recordman asegura que se está preparando todos los días para conseguir esta meta:
"Salgo a correr y también con los patines y los bastones de esquiar. Es importante estar muy mentalizado a la hora de hacer efectivo el récord".
El record mundial está en 7 días y 7 noches sin parar
Lo que Rapallo quiere conseguir es una nimiedad con lo que logró un esquiador australiano en 2005. Se pasó 202 horas y 1 minuto sin parar de esquiar. Para ello contó con la colaboración de la estación de Thredbo en Australia, donde entre los días 2 al 10 de Setiembre de 2005 hizo 916 bajadas y un total de 1.150 kilómetros para lograr
registrar su marca en el Libro Guinness de los Records.
Quien no logró que se la registraran fue el alemán Chrstian Flühr, un habitual de los records durante la pasada década, que se pasó nada menos que 11 días esquiando sin parar, con sus días y sus noches, es decir,
264 horas, pero no logró entrar en el Libro de los Records porque no avisó de su tentativa y ningún notario autorizado por la entidad patrocinada por Guinness, estuvo presente en el acto para certificar la marca.