Lo primero que hizo fue certificar el record de velocidad sobre una tabla de snowboard. Nadie lo había hecho, así que con apenas 151km/h logró su marca mundial. Pero resultó que un australiano llamado Darren Powell había logrado tan solo unos meses antes sobrepasar los 200km/h, así que nuestro joven amigo se tuvo que conformar con el record británico.
Así que se puso a buscar records que fuera casi imposible que a nadie se le hubiese ocurrido nunca. Así seguro que no se llevaría otra sorpresa. El año pasado en el lago helado de St. Moritz se le ocurrió atarse dos cohetes y lanzarse a toda velocidad. ¿Logró el record? Pues claro, ¿a quien se le hubiese ocurrido eso antes? Pero resulta que mientras hacía los preparativos, apareció por allí el Jefe de pistas de St. Moritz, Christiano Luminati, quien mencionó que tenía un Mitsibushi Evo preparado para correr en hielo. Y clink! se le iluminó la bombilla a nuestro amigo, que le pidió que lo arrastrara por el lago con su tabla. Y ale, consiguió dos records en un dia!
Pero hay el vicio! Uno empieza y no acaba! Así que este año quería mas... mas? Un avión!! Ni corto ni perezoso ha logrado que un avión despegara del lago helado de St. Moritz con Barrow enganchado a su cola a mas de 125km/h.
Y muchos pensarán... ¿que narices logra este chico con esto? Reconocimiento? Pues no. La marca japonesa Mitsubishi quedó tan impresionado con su hazaña, que lo nombró embajador de la marca y... le ha puesto en sus manos todo un Mitsubishi ASX 220 DI-D automático, equipado con tracción total y 150 CV de potencia. ¿Ahora ya es otra cosa, no?
Para la marca de los tres diamantes este evento ha servido para dar a conocer su nueva estrategia de marketing, llamada 'Adventure Advanced' y que pretende asociar el estilo de vida de este tipo de deportistas con el uso de sus crossover.