En Finlandia existen varios telecabinas con sauna, y en los Alpes empieza a ser común que alguna estación proponga cenas en alguna de sus cabinas mientras siguen dando vueltas, pero hasta ahora a nadie se le había ocurrido transformar un teleférico en todo un apartamento, con su cama doble, sus mesitas de noche, su alfombra, armario y hasta su butaca y perchero.
La idea ha sido de AirBnb, una empresa norteamericana con sede en San Francisco, que se hizo popular por hacer de intermediaria entre personas que querían alquilar ocasionalmente alguna habitación de su casa. La idea cuajó porque permitía al inquilino pasar unas vacaciones más económicas, inmerso en la vida cotidiana del barrio, algo que en San Francisco tiene mucha importancia. De una habitación se pasaron a dos, y dos a tres, hasta que algunos empezaron a alquilar apartamentos enteros pero por habitaciones, aunque el propietario no viviera allí. Esto, unido a que en la mayoría de ciudades les han obligado a pagar impuestos como al resto de empresas de alquiler de apartamentos, ha hecho que AirBnb tenga que salir a promocionarse para competir con otras como PierreVacances, Interhome, HomeExchange, etc...
Trataron de patrocinar la Copa del Mundo que en Diciembre hacía parada en Courchevel, pero se anuló la prueba por falta de condiciones, así que han cogido el dinero y lo han reinvertido de otra manera. Probablemente hasta sea más espectacular y tenga más impactos.
La idea es reconvertir el teleférico Saulire de Courchevel en un apartamento, pero suspendido en el cable a varios metros de altura. Los huéspedes deben explicar por qué quieren pasar la noche allí para ganar el premio, que podrán hacer realidad el próximo 6 de marzo. La estancia está habilitada para dos personas. El ganador será el que decida si la ocupa entera, o si invita por ejemplo a su pareja, con quien podría hacer una 'caidita de roma' que no olvidaran jamás.
El diseño del interior ya se ha hecho y presentado. Los muebles están listos, y próximamente ensayarán con una réplica a escala real la transformación de la cabina del teleférico en un pequeño apartamento. Cuando llegue el día esta operación deberá hacerse en el menor tiempo posible una vez finalice la jornada de esquí. Y al día siguiente los huéspedes deberán vestirse y estar listos antes de la apertura de la estación para que de tiempo a sacar todo el mobiliario del interior. Lo que no hay es lavabo, así que habrá que lavarse los dientes antes, y entrar como se dice vulgarmente, 'meado y cag*** "
No está claro si pasarán la noche suspendidos a mitad de recorrido, o si lo harán en la estación superior,a donde llegarán con motos de nieve, y por la mañana ya con los primeros rayos del sol se moverá la cabina para que se puedan despertar con unas vistas impresionantes. Aquí juega un papel importante un posible rescate, y es probable que los protocolos de seguridad impidan dejar a tres personas allí colgadas durante toda la noche.
En cualquier caso el objetivo es que se levanten observando el Combe de Saulire, muy apreciado por los mejores freeriders. Antes de esto se les servirá la cena, típica de Saboya de fondue de queso. Por la mañana podrán ser los primeros en esquiar, cuando nadie haya pisado todavía las pistas.
El teleférico Courchevel es la última edición de la iniciativa 'Una noche en' diseñada por AirBnb, para ofrecer un alojamiento en lugares de todo el mundo donde nunca ha sido posible antes de pasar la noche. Así, diferentes personas han podido dormir en las Galerías Lafayette de París, una tienda IKEA en Australia, un avión de KLM en Ámsterdam, y una librería Waterstones en el Reino Unido. De todas, yo me quedo con la del teleférico...