Ahora bien, y a pesar de que se está abierto a toda tipología de compañía aérea (siempre y cuando sus aviones no superen los 40 pasajeros de capacidad), desde la Generalitat y desde la Cámara de Comercio de Andorra (que está colaborando para cerrar los contactos con la decena de operadores interesados), se reconoció que por la tipología de aeropuerto es complicado ir más allá de los aerotaxis, aviación corporativa y vuelos chárter. Es decir, llevar grandes compañías y líneas regulares es ahora mismo bastante utópico y poco rentable, ya que la pista mide 1.267 de largo por 28 metros de ancho, y por tanto es complementario al de Alguaire.
De hecho, de entre esa decena de empresas interesadas, los acuerdos con las que «se empezarán a cerrar a partir de ahora», informó Vila, no figura la aerolínea Air Andorra, la única de grandes dimensiones que ha mostrado su interés en hacer líneas regulares desde la Seu d'Urgell. Entre los presentes ayer en la inauguración se respiraba bastante escepticismo sobre las posibilidades que tiene esta compañía de poder oficializarse. Aún no tiene las licencias necesarias, un proceso que puede alargarse meses. Además, Candela quiso responder a las acusaciones llegadas desde los directivos de Air Andorra, que habían denunciado adjudicaciones irregulares para el handling (asistencia en el suelo). «Ha sido una licitación pública» y como marca la ley, defendió Vila.
En cuanto a las compañías que sí se han interesado, Miquel Armengol, de la Cámara de Comercio, citó algunas importantes como Executive Airlines o Air Corsica, las cuales deberían permitir conectar la Seu de Urgell (y en detrimento, Andorra), con las principales capitales europeas, pensando sobre todo en empresarios. Armengol se mostró convencido de la rentabilidad de la infraestructura, y dio un periodo de dos años para que funcione a pleno rendimiento. Eso sí, «para que no sea un aeropuerto fantasma debe ser multifuncional», es decir acogiendo todo tipo de servicio, como por ejemplo de mantenimiento y transformación de aviones.
Británicos y rusos deberán esperar
De momento el aeropuerto sólo puede acoger vuelos dentro del espacio Schengen, aunque Vila informó que ya se han comenzado las gestiones para que el Ministerio de Fomento de España avale poder ampliar campo, de modo que pueda aterrizar vuelos procedentes de Rusia o del Reino Unido, uno de los grandes objetivos que persigue tanto la comarca del Alt Urgell como la propia Andorra. De hecho ayer mismo, y antes de que se fuera de nuevo en Madrid, Villa envió esta demanda al propio Rajoy. El consejero no quiso marcar el calendario de cuándo se alcanzará esta meta, aunque no se descarta que pueda ser el próximo verano.La explotación del aeropuerto tendrá un coste de unos 700.000 euros, de los cuales 300.000 serán aportados por Andorra. Además, el Gobierno del Principado aportará 12 euros por pasajero, que se reducirá a seis a partir de los 15.000.
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