Andorra podrá ver satisfecha una vieja aspiración: tener una pista de descenso para organizar pruebas del máximo nivel como copas del mundo o incluso un Mundial. La Federación Internacional de Esquí (FIS), mediante Walter A. Trilling, presidente del subcomité para carreras alpinas, bendijo ayer el proyecto para construir una pista de descenso en la zona de la del Águila, en el Tarter, tras una visita realizada al trazado por la mañana.
El principal handicap radicaba en el desnivel exigido (de 800 a 1.100 metros) para organizar grandes competiciones de descenso masculinas, pero los 750 metros que tendrá el Águila son suficientes para que la FIS permite, en casos excepcionales, por ejemplo en Vail, en Estados Unidos, recortar el desnivel. En el caso de las pruebas de mujeres las exigencias son menores (entre 450 y 800 metros de desnivel) y no habría ningún problema. Trilling explicó que
Conrad Blanch, director general de Ensisa, adelantó las características del proyecto, que debe recibir todavía el visto bueno final del Gobierno, pendiente del impacto medioambiental de los trabajos, "punto clave", según Blanch, para recibir el OK. Y es que en la zona tiene su hábitat el Urogallo y también hay que tener en cuenta el impacto en la vegetación y el paisaje.
Blanch señaló que en caso de obtener los permisos próximamente, las obras se iniciarían este mismo verano y tendrían una duración de tres años para terminar la pista y empezar el proceso de homologación de la FIS. El coste total de los trabajos, que se realizarán en varias fases, será de entre 2,5 y 3 millones de euros, que asumirá Ensisa, según aprobó el consejo de administración de la sociedad.
La nueva pista
Ton Naudi, director de calidad y medio ambiente de Grandvalira-Ensisa, dio detalles de cómo sería el nuevo trazado del Águila, que no experimentaría cambios en la parte alta, además de hacerla más ancha.
La zona intermedia, en fase de diseño, es la que vería más modificaciones con el objetivo "de hacerla más atractiva y espectacular", con la inclusión de dos zigzags dentro del bosque. En este tramo también se construirá, tal como ha pasado en la pista Avet, un túnel de 85 metros de largo para hacer compatible la explotación comercial con la competición.
La parte final será uno de los atractivos del trazado, ya que la llegada estará junto al Tarter, como la del Avet. Albert Coma, presidente de la FAE, aseguró que
Esperamos que con esta pista aumenten las posibilidades de recibir más copas del mundo. Una vez esté la pista homologada tendremos que organizar una o dos carreras FIS, luego dos copas de Europa y después podremos optar ya a las Copas del Mundo".