Esto no era lo que el ciclista semiprofesional y periodista
Thijs Zonneveld esperaba cuando publicó una columna en una popular página web de noticias holandesa el 5 de agosto, en la que con humor instaba a sus compatriotas a crear
con pistas de esquí, praderas y pueblos, "No era en serio, pero al día siguiente hubo tales respuestas serias de gente que había pensado en ello de verdad y calculado el tema que me hizo darme cuenta de que no era el único que había tenido esa idea".
El terreno natural de mayor altura en Holanda es poco más que una colina en Vaalserberg, en la provincia de Limburg, en el sur del país, con una altitud de sólo 323 metros, y en donde hace unos años alguien montó durante un par de inviernos un pequeño remonte, siendo el único lugar donde alguna vez se pudo practicar esquí alpino en Holanda. En Dinamarca la idea si cuajó, y actualmente mantienen su pequeña ladera para esquiar en un monte de no mayor altura que el Vaalderberg, donde cuentan con un telecuerda y algunos cañones de nieve artificial, el centro Hedeland.
Pero Zonneveld, de 30 años, sueña con una montaña artificial de 5 km de ancho y de entre 1 y 2 km de altura, que sobrepasaría el edificio más alto del mundo hecho por el hombre, el rascacielos Burj Khalifa de Dubái, de 828 metros. De todas maneras la idea no es nueva. En 2004 el periodista Peter Hendriks propuso crear una motañana en la provincia de Flevoland pero fue desestimada por no tomarse en serio.
La idea de las montañas artificiales no es nueva.
En 2009, un arquitecto alemán propuso levantar una montaña de 1.000 metros de altura en la ubicación del viejo aeropuerto Tempelhof de Berlín, pero se tuvo que conformar con una colina de 60 metros. Pese a esto, en la misma ciudad existe Teufelberg, la 'Montaña del Diablo', creada tras la Segunda Guerra Mundial con los restos de los edificios bombardeados de Berlín. Tal era la cantidad de runa a deshacerse, que decidieron amontonarla en un solo lugar. Coincidió que el edificio de la Escuela Técnica Militar Nazi era tan sólido, que era muy complicado destruirlo, así que decidieron enterrarlo con todo los restos de los bombardeos.
A los pocos años la montaña tenía una altura de 115 metros, y las nevadas permitían que los berlineses practicaran el esquí allí, hasta que el Club Alpino Alemán decidió solicitar la creación oficial de un centro de esquí en 1972. La estación se mantuvo durante muchos años, e incluso se llegó a celebrar una Copa de Europa de Esquí alpino. En lo alto de esta montaña artificial los norteamericanos montaron un centro de escuchas y radares para espiar a la Alemania Oriental. Con la caída del muro de Berlín el centro quedó en desuso y un constructor compró la montaña para desarrollar un complejo inmobiliario. Hoy en día la estación ya se ha abandonado, y tampoco se ha llegado a construir el parque de viviendas. (Puedes leer mas acerca de Teufelberg en este enlace).
Interés en Holanda
Zonneveld aún tiene que resolver cómo se diseñaría y construiría la montaña holandesa, qué materiales se usarían, dónde se localizaría, y, básicamente, cuánto costaría. Declinó incluso hablar de una cifra aproximada. No obstante su petición ha suscitado interés en las empresas holandesas, cuyas proezas en ingeniería les han permitido defender de las aguas las tierras situadas por debajo del nivel del mar y participar en hazañas como la construcción de islas artificiales en Dubai.
El martes, grupos holandeses de ingeniería como Oranjewoud y Bartels, junto a organizaciones deportivas como la Dutch Climbing & Mountaineering Association, la Royal Dutch Cycling Union y la Dutch Ski Association, se reunieron para estudiar los detalles. El jefe de proyectos de Oranjewoud, Anthony van Dongen, comentó al finalizar el encuentro, que "El proyecto es factible y nosotros los holandeses tenemos mucha experiencia en mover suelo y tierra por los proyectos de reclamación de nuestra tierra. Sólo necesita conseguir una bola de nieve de apoyo"
Las estimaciones del coste van desde unos pocos de miles de millones de euros hasta los 200.000 millones de euros. Siempre y cuando el proyecto despegue, sería un impulso importante para el sector de la construcción holandés, que se ha visto afectado por una desaceleración de las propiedades. "Técnicamente esto se puede hacer y el espacio se puede encontrar. Los mayores obstáculos serían la financiación y los problemas medioambientales. Pero serían afrontados en los próximos meses por estas compañías".
Zonneveld dijo que ya había hablado con varios inversores que veían oportunidades comerciales en ofrecer deportes, centros de ocio, desarrollar inmuebles e incluso producir energías renovables levantando molinos de viento en la montaña 'Soy lo suficientemente realista para saber que llevaría mucho tiempo y que habrá que superar muchos obstáculos, tendrá que hacerse paso a paso. Pero este es el momento de hacerlo, estoy 100 por ciento confiado'.