Fue también la mejor jornada para el equipo español, ya que dos de sus hombres disputaron la final del SBS, en la que Isaac Vergés acabó 12º y Carlos Manich 18º. Un gran epílogo para un gran evento: los primeros Mundiales celebrados en el Pirineo. La décima edición de los Mundiales tendrá lugar dentro de dos años en la localidad canadiense de Stoneham (Quebec).
El SBS ha sido sin duda el gran protagonista, tanto de esta última jornada como de todo el Mundial. La importancia de La Molina 2011 es que, gracias a su inclusión a última hora (noviembre) en el programa competitivo y al éxito de público obtenido (8.000 espectadores), la FIS cuenta con un poderoso argumento para conseguir que el Slopestyle triunfe en la escena olímpica. Hoy, las dos finales disputadas aportaron todo el espectáculo de esta popular prueba de freestyle en la que, sobre un circuito, el rider debe realizar diferentes ejercicios en el aire, así como sobre raíles, cajones o barandillas. No es contra el reloj, sino que los jueces puntúan el estilo y la dificultad de la ejecución.
La final la disputaron 18 competidores. En la primera de las dos mangas sobresalió el desconocido sueco Niklas Mattsson, que con un recorrido impecable logró 28.1 puntos y dejó al resto atrás. Entre ellos estaba el belga Seppe Smits, medalla de bronce en el Big Air de la jornada de apertura, en Barcelona. Smits, con 26.7, arriesgó en la segunda toma y rozó la perfección con una puntuación de 28.7, obligando al sueco, el último en bajar, a superarle. Pero la presión pudo a Mattson, que se cayó y tuvo que contentarse con la plata gracias a su primer intento. El bronce acabó en manos de un finlandés, Ville Paumola, con 26.2 puntos, también en el segundo ensayo. El primer campeón del mundo de SBS, el belga Smits, comentó que
De las cuatro medallas en juego de la jornada, una coronó al austriaco Benjamin Karl como gran triunfador del Mundial, puesto que a su título en el Gigante se adjudicó también en el Slalom. La segunda de las dos modalidades del Snowboard consideradas ‘alpinas’, por cuanto los participantes también utilizan ‘botas duras’ para competir en bajadas que recuerdan a los esquiadores, se celebró de nuevo en la pista Pedró. La misma que el Gigante, sólo que con un recorrido menos largo (390 metros) y más puertas a negociar. Quizás ese conocimiento previo ayudó a Karl a conquistar su segunda medalla de. Benji, que así es como se le conoce, era el campeón en título (ganó en Corea hace dos años) y su corona en el PGS le colocaba de nuevo entre los grandes favoritos. Y lo cierto es que cumplió el guión.
Al revés que en la masculina, la vencedora femenina del Gigante, la rusa Alena Zavarzina, no consiguió clasificarse ni siquiera para los octavos de final. Eso abrió muchas opciones a la campeona de hace dos años, la suiza Fraenzi Maegert-Kohli, y a la campeona olímpica de Gigante, la holandesa Nicolien Sauerbreij, que precisamente había fallado en el PSG. Pero la suiza cayó en cuartos de final precisamente ante la noruega de 22 años, que ya dio un aviso de hasta dónde quería llegar en La Molina. Nadie esperaba que luego acabase batiendo a Sauerbreij en la final y, mayor sorpresa aún, que en ésta la batiese en las dos mangas, por 38 y 92 centésimas, respectivamente.
Para la medalla de bronce se enfrentaron dos austriacas, Claudia Riegler y Heidi Neururer. Riegler, que ya había sido medalla de plata en el PGS celebrado el miércoles, volvió al podio demostrando que, a pesar de sus 37 años, sigue siendo una de las más mejores especialistas del circuito. Por el camino se quedaron nombres ilustres, como la subcampeona olímpica en Vancouver, la rusa Ekaterina Ilyukhina, o la campeona mundial en 2007, su compatriota Ekaterina Tudegesheva.