Pistas imposibles.
Hasta ahora, los montajes requerían la apertura de pistas en las laderas de los montes que destruían el espacio y alteraban el paisaje hasta el punto que los caminos de acceso a los lugares donde se localizan las pilonas y remontes quedaban a la vista durante años. El uso de helicópteros de carga evitaría que se introdujeran grandes camiones hasta las bases de las torretas sobre las que irían los nuevos remontes.
Tres Provincias se ha decantado por colocar telesillas de seis plazas que puedan ser transportados por los helicópteros. El peso de una infraestructura mayor impediría realizar las obras por esta vía. Montar el telesilla más largo de España, el Stadium de Sierra Nevada, llevó tres horas y media, cuando hasta ahora una obra de este tipo tardaba días en hacerse.La instalación de un remonte se inicia con la construcción de los cimientos donde irán colocadas las pilonas. Un grupo de operarios engrasa las estructuras mientras el helicóptero inicia el traslado de la torreta desde donde se encuentren almacenadas. Las coloca con precisión matemática, mientras los operarios terminan su fijación. Después, el helicóptero transporta los cuerpos de los remontes, donde van las poleas que conducen el cable. Un grupo de trabajadores espera la pieza en lo alto de la pilona y, en otra minuciosa maniobra, ayudan al piloto del helicóptero a encajarla con grandes tornillos. Todas las órdenes de la obra, dadas las distancias a las que trabajan los operarios y el ruido que les envuelve en esos momentos, se comunican por interfonos.
El proyecto inicial de San Glorio, presentado por los promotores en el año 2007, estimaba la construcción de doce grandes telesillas con una capacidad de remonte de 5.000 esquiadores diarios, y ese dato permanece invariable. Por cada temporada invernal esperan la visita de 528.000 usuarios de media en un horizonte de 15 años. El sector Lechada, que se encuentra en la cota 1.520-2.420 metros de altitud, prevé seis remontes para 32,2 kilómetros de pistas.
El proyecto definitivo de la estación de esquí de San Glorio prevé clausurar las instalaciones en verano como medida correctora para favorecer la presencia de poblaciones de oso pardo cantábrico, especie en peligro de extinción cuyas hembras utilizan los valles esquiables de Lechada y Naranco en los meses de estío como área de paso hacia Riaño, donde después crían a los oseznos. Es, por tanto, un lugar fundamental para la conservación de la especie en el núcleo occidental, el más vulnerable de los dos que hay en la provincia leonesa.
La actividad en la estación de esquí se ceñirá a los cinco meses de la temporada invernal, de mediados de noviembre a mediados de abril, y, el resto del año, los promotores pretenden realizar un aprovechamiento integral de los valles del entorno de la estación con iniciativas vinculadas al ecoturismo. No obstante, fuentes de Tres Provincias recordaron que al proyecto final le falta incluir precisamente el informe relativo al oso pardo, por lo que todas las medidas previstas por la empresa se darán a conocer finalmente junto al proyecto definitivo que ya estudian los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente para garantizar la correcta tramitación de esta infraestructura en la que se prevén invertir unos 96 millones de euros, de los que la Junta de Castilla y León aportará un 33% (32 millones)
Baterías de informes.
Son muchos los frentes a corregir en este sentido. Un informe elaborado por Emilio Virgós Cantalapiedra, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, sostiene que la estación afectará negativamente a la zona osera y vulnera la Directiva de Hábitats. En su opinión, la afección será
«irreversible y no se podrá subsanar con medidas correctoras. Es absolutamente incompatible esta estación de esquí con los valores naturales que alberga una de las mejores zonas de montaña del sur de Europa».
Francisco Purroy, Raquel Alonso y Marta García, profesores de la facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de León, defienden en otro informe que la la estación «destruiría los valores geomorfológicos del Espigüete, las Agujas de Cardaño y la vertiente sur del Curavacas». El cambio supondría una previsible degradación irreversible de la biodiversidad.
«Irreversible». De la misma opinión es el catedrático de Ecología de la Universidad de León Estanislao de Luis Calabuig. Según su estudio sobre la pretendida estación de San Glorio, el cambio climático va a hacer difícil la práctica del esquí en esta zona en un futuro próximo y aventura que las afecciones al oso pardo serían también «irreversibles». El biólogo del CSIC Ignacio Doadrio Villarejo, en colaboración con el zoólogo de la Universidad de León, Francisco Purroy, subraya que los valles que bordean el pico Tres Provincias son zonas de máximo valor de reproducción y crianza de los grupos familiares y de alimentación de abril a octubre, además de un corredor de comunicación «de mayor interés». Un trabajo con idénticas conclusiones elaborado por el director de la Estación Biológica de Doñana, Fernando Hiraldo, asegura que la estación afectaría negativamente a las zonas de cría, alimentación y celo de la población oriental y también al corredor que garantiza su intercomunicación.
El estudio de impacto supondrá un importante reto técnico y científico por la salvaguarda de los extraordinarios valores ecológicos presentes en el área de actuación de la estación de San Glorio y su entorno. Son muchas las incógnitas ambientales que aún debe desvelar el proyecto definitivo sobre este complejo de ocio e invernal.
Las medidas correctoras reclamadas por los grupos conservacionistas tendrán que dar respuesta, además de a la presencia de oso pardo cantábrico, a la de otras especies cuya excepcionalidad ha permitido la integración del área de San Glorio en la Red Natura 2000 de espacios europeos protegidos por la Directiva Hábitats. Entre ellos se encuentra el pechiazul, especie rara de ave alpina cuyos últimos núcleos reproductores de la vertiente cantábrica leonesa se encuentran en los valles de Lechada y Naranco, donde se pretenden construir las pistas de esquí. Otro de los asuntos que se desconocen y que deberá abordar el proyecto es la presencia del urogallo cantábrico, como el oso en peligro de extinción, en esta misma zona.
Urogallos.
Los últimos cantaderos de esta área se encuentran en Picos de Europa y los promotores del proyecto deberán explicar de qué modo no afectará la estación a estas poblaciones, como a la de otras especies de menor sensibilidad que habitan actualmente en esta zona, como los ungulados o depredadores como el lobo ibérico.
Fuentes de Tres Provincias sostuvieron que la empresa es la primera interesada «en hacer algo compatible» con una zona de extraordinaria sensibilidad ambiental. En San Glorio también se ha catalogado la presencia de búho real. En cuanto a la flora, la zona también cuenta con un sinfín de especies endémicas a proteger, sobre todo porque parte de esta montaña está compuesta por un peculiar tipo de roca magmática que posibilita la presencia de especies únicas.
En lo mejor del oso.
El macizo de Peña Prieta es una amplia zona de alta montaña sin núcleos de población, representativa de los valores naturales de la montaña silicia, para la que no existe un parque nacional en España. En su interior posee lo mejor del núcleo osero oriental, única especie de vertebrado en peligro de extinción que no cuenta con un espacio protegido declarado en una parte significativa de su área de reproducción. De hecho, toda la población osera del país se encuentra al margen del amparo del Organismo Autónomo de Parques Nacionales, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente.
