Ocurrió en la tarde de ayer Jueves Santo en la zona del Aiguille Rouge (3.226 metros) de la estación francesa de Sainte Foy de Tarentaise. Tras una caída la esquiadora de 38 años, se hundió en la nieve cabeza abajo. Iba acompañada por un amigo. Juntos habían llegado haciendo fuera pista desde Les Arcs, pero según afirmó no se dio cuenta de lo sucedido.
Hacia las 14h de la tarde los dos se hicieron un conocido fuera de pista situado a 2.600 metros de altitud bien señalizado y conocido por los aficionados. Provocaron un pequeño alud a la altura del Aiguille Rouge, que hizo que la joven derrapara y rodara por la ladera hasta caer boca abajo con la cabeza enterrada en la nieve. Cuando llegó el servicio de rescate acompañado por un médico, la británica estaba en paro cardíaco. Los intentos de reanimación fueron en balde. Su compañero muy sorprendido, no fue capaz de determinar las causas exactas por la que la joven esquiadora acabó de aquella manera.
Dramática y extraña muerte de una británica
Una de esas muertes que, aunque vista muchas veces como un chiste, esta semana ha demostrado que puede pasar. Una británica cayó boca abajo en la nieve y se hundió con la cabeza metida en la nieve y los pies en el aire. No pudo salir por sí misma, y cuando los servicios de rescate llegaron determinaron su muerte por asfixia.