Así que contrataron a su empresa de publicidad para que les diera una solución. Erik Heisholt, Director Ejecutivo de TBWA Marketing-Oslo, les dijo que la cosa era sencilla: "díganle a la gente de Oslo cuando nieva en Tryvann y así aumentarán los clientes". La idea en el fondo era que, si no podemos llevar a los clientes a la montaña, habría que llevar la montaña a los clientes.
La solución final llegó en forma de paneles colocados en las marquesinas de las paradas de autobús, de manera que ambos lados, llegase por donde llegase, se pudiera ver el mensaje: "si aquí hay nieve, también nieva en Tryvann". El funcionamiento es sencillo. Cuando comienza a nevar en la estación, un mecanismo activa un ventilador que mueve nieve falsa de la que se usa en teatros.
Al mismo tiempo, los aficionados que tenían el móvil con el bluetooth activado, se les envió un mensaje diciendo que está nevando, o que se activaban los cañones de nieve artificial. Y parece que funcionó, porque la afluencia a las pistas durante el mes de enero que se puso en marcha, se incremenó pese a la crisis.
Aunque no es exactamente el mismo caso, en nuestro país tenemos algo parecido. Y es que muchas veces hay gente que no cree que aunque en Barcelona o Madrid estemos a 18-20ºC, en las pistas de esquí de las estaciones de esquí las temperaturas siguen bajas y hay nieve abundante, como nos está pasando estos días, en que la primavera comenzó con temperaturas altas, pero allí arriba, en el Pirineo, todavía se acumulan grandes espesores de nieve y se sigue abriendo casi el 100% de las pistas. Posiblemente habría que llevar una 'ventana' de estas a nuestras grandes ciudades