Andorra muestra una cara mas optimista ante el Cambio Climático

Hay que ser conscientes del reto del cambio climático, pero sin caer en catastrofismos. Este es el mensaje, mucho más positivo que el de los científicos, que quisieron dar ayer las estaciones de esquí ante la amenaza del calentamiento global, en la segunda jornada del Congreso mundial de turismo de nieve y de montaña, que se clausuró ayer. La estaciones andorranas recordaron que las cifras que ofrecen los estudios no les son nuevas, que se deben “relativizar” y que hace años que han empezado a invertir para tratar de adaptarse a las modificaciones del clima.

“Negar el cambio climático sería absurdo, pero magnificarlo, también”. Claro y conciso se mostró el vicepresidente de Ski Andorra y director general de Grandvalira, Conrad Blanch, consciente de que hay que adaptar la oferta actual al clima. En este sentido, señaló, las tendencias del sector van hacia un cambio en el modelo del sector. Diversificar la oferta y tener en cuenta que la demanda de los esquiadores está cambiando. “Ahora, a diferencia de hace unos años, lo que estamos gestionando es un centro de ocio”, al mismo tiempo que es evidente que las estancias de los clientes cada vez se fragmentan más y que entra en juego la competencia de las compañías de vuelo de bajo coste. Blanch –que por la tarde participó en una mesa redonda sobre el futuro de las estaciones junto a representantes del sector de Francia, Suiza y Austria– apuesta por optimizar los recursos que ya tienen las estaciones, todo mejorando los sistemas de innivación y las infraestructuras. “Ya se ha mejorado en eficiencia, y antes se innivava a dos grados y ahora se puede hacer a cuatro”, ejemplificó.

Los datos ofrecidos el jueves por los científicos no sorprendieron al presidente de Nevasa, Joan Viladomat, que manifestó en Andorra 7 Radio que “la gente que formamos parte de este mundo, el cambio climático lo hemos sufrido y lo estamos sufriendo desde hace muchos años”, al mismo tiempo que señaló que el mensaje que reciben es “de preocupación, pero no de dramatismo”. En la misma línea, el director de Vallnord, Martí Rafel, puso de relieve que los efectos del cambio climático hace falta buscarlos a largo plazo, puesto que “no es una cosa ni para hoy ni para mañana”. “A corto y medio plazo no parece que el cambio climático nos haya de afectar de una manera considerable; el 2020 no podemos imaginar las estaciones como las tenemos hoy”, añadió. Desde Vallnord, sin embargo, recalcaron que en Andorra hace más de diez años que “se está invirtiendo recio” para hacer frente al calentamiento global, con nuevos remontes y sistemas de nieve artificial, puesto que el cambio climático no les viene de nuevo. “Hace días que con los Comuns de los valles del norte estamos estudiando proyectos, planteando situaciones que van mucho más allá del esquí, de la nieve y de la temporada. Somos conscientes de que debemos consolidar lo que tenemos, pero cuando pensamos a largo plazo debemos pensar en proyectos que no nos obliguen a depender tanto de la nieve y de la climatología”, comentó. Pero Rafel, prefirió no dar detalles del tipo de ideas para el futuro que se están poniendo sobre la mesa para mejorar la oferta.

Los profesionales del esquí volvieron ayer a insistir que el verano es un eje en el cual se debe trabajar, para potenciar actividades en los centros de montaña durante todo el año, porque hace falta desestacionalizar el sistema. Esto sí, sin “banalizar la montaña; tampoco nos debemos convertir en un parque de atracciones”, avisó el director general de Grandvalira. Por esto, elementos como, por ejemplo, los spa y el wellness, el termalismo, excursiones a la montaña, salidas culturales y las vías ferratas pueden funcionar como un elemento complementario “sin hacerle la competencia al esquí”. El campo de golf que se proyecta en la parroquia de Canillo supondrá, según afirmó Blanch, “una oportunidad de verano singular”. Vallnord recordó que ha sido “pionera” en organizar actividades en verano y que, de hecho, acogerá la Copa del Mundo de bicicleta de montaña.

Nieve segura a las cotas altas
Las previsiones que apuntan hacia la desaparición de las estaciones por debajo de los 1.800 metros no inquietan en exceso a los dominios. Desde Vallnord remarcaron que “prácticamente” el 95% de la actividad de las estaciones al Principado se sitúa a partir de los 2.000 metros, y que “ya hace días que se ha visto” en el Pirineo que para esquiar por debajo de los 1.900 metros “necesitas sine qua non producir nieve artificial”. Y en Grandvalira, en los mismos términos, reiteraron que lo que hace falta ante estas previsiones es “prepararse para las actividades complementarias”.

Gran campaña en Argentina para popularizar la nieve
El Congreso mundial en Encamp está poniendo estos días en común experiencias en el mundo del esquí bien diversas, tanto de Europa como de América. Y el caso de Argentina no se ha quedado fuera del tintero. El director nacional de promoción turística de Argentina, Hugo Sartor, explicó el caso de su país, marcado por las grandes distancias, que hacen muy difícil que la población vea el esquí como un deporte al alcance de todos. Para popularizarlo entre los nacionales y los extranjeros, recientemente se ha impulsado una gran campaña de marketing vendiendo la nieve como sinónimo de diversión. Las ocho principales estaciones de esquí de Argentina registraban pocos clientes y hacía falta actuar, por lo cual apostaron por desarrollar un producto conjunto denominado Nieve Argentina. Los esquiadores los buscaron de varios tipos (jóvenes y familias) y en todos los ámbitos, entre los cuales Internet, ofreciendo concursos y premios por publicitar las estaciones. Los resultados, señaló *Sartor, han sido positivos y sólo el año pasado registraron unos 300.000 usuarios, una cifra muy óptima por las características del país.