Entre las medidas que se están estudiando, está la de ampliarla hasta los seis carriles, pero a parte del coste que tiene esta medida, está el que eso facilitaría que aun más coches accedieran a esas altitudes, algo que la industria del esquí, una de las mas sensibilizadas y que mas actuaciones hace a favor del medio ambiente, solo prefiere en casos extremos.
Así que se ha proyectado un tren de alta velocidad, que conecte la ciudad de Denver pasando por el aeropuerto (allí ven las cosas como en Barcelona), que tendría un coste total de cinco mil millones de dólares, aunque tan solo dos mil debería aportarlos el estado, mientras que para ampliar y mejorar la autopista, se requieren cuatro mil millones de dólares, todos ellos de las arcas públicas.
El incremento de automóviles aumenta a razón de un 6-7% al año, así que deberán darse prisa en elegir una de las dos posibilidades, en un país en el que la autopista es rey, y en cambio no existe prácticamente ninguna gran linea de tren de alta velocidad.