“Sólo hace falta esperar que nieve”, señaló Casadevall, que confió que no se repita el escenario del año pasado, en qué la falta de nieve se convirtió en el principal problema del sector.
Grandvalira abrió las pistas el año pasado el 1 de diciembre, ante unas previsiones meteorológicas nada optimistas y, de hecho, buena parte de las estaciones del Principado –y del Pirineo– sobrevivieron buena parte de la temporada con una parte de las instalaciones cerradas por el escaso volumen de precipitaciones. De hecho, una parte destacable de los ingresos de temporada se obtiene
durante la apertura, que suele coincidir con la Puríssima.
En la reunión del consejo de administración de Ensisa se presentó la auditoría con los resultados de la temporada pasada en Soldeu-el Tarter, que ya había publicado la estación: unas pérdidas de aproximadamente
2,5 millones de euros. Sin embargo, las previsiones iniciales de la sociedad, antes de constatar los malos resultados meteorólogicos, eran de
obtener unos resultados positivos de tres millones de euros.