Handix son Jabi Álvarez y Pilar Rivarés. Hace tres años, estos dos aragoneses decidieron embarcarse en un proyecto que diera a conocer el deporte adaptado e hiciera posible la práctica de actividades deportivas en la montaña, sobre todo en invierno, a personas con discapacidades físicas. La conjunción de la experiencia como guía y profesor de esquí adaptado de Jabi Álvarez y la vivencia personal de Pilar Rivarés -miembro del equipo paralímpico español en Lilehammer y Turín- hicieron posible la realización de este proyecto. El éxito que les ha acompañado ha hecho posible la extensión de sus actividades al verano."Nos hemos especializado en discapacitados físicos porque necesitan un material muy específico", comenta Jabi Álvarez. De hecho, el poseer un material de vanguardia hace que "nos lleguen casos de toda España, algunos muy complejos como el de una persona que logró esquiar faltándole las cuatro extremidades, y también del extranjero, sobre todo de Francia y Bélgica".
Del támdem al "kart-skí"
La revolución que ha generado el avance del material en los últimos cuatro años ha supuesto el despegue definitivo del esquí adaptado. La irrupción de tándem-esquí consiguió que cualquier persona, por grande que fuera su discapacidad, pudiera esquiar, aunque "necesitara alguien que pilotara la silla". La aparición este año del "kart-skí", un tipo de silla que "permite esquiar autónomamente a cualquier persona, incluso a tetrapléjicos que no tienen movilidad en las manos", afirma Álvarez, ha encandilado a todos. Se ha probado dentro del marco del Campeonato de España de esquí alpino para disminuidos físicos y puede ser la evolución definitiva para que nadie se quede sin disfrutar de deslizarse por la ladera de una montaña. Sólo hay cuatro prototipos en todo el mundo y uno de ellos lo tiene Handix. "Con los cursos habíamos tenido experiencias muy positivas con los clientes, pero lo de estos días ha sido excepcional", resuelve.
En su tercer invierno de actividad, y a punto de concluir la temporada, la conclusión que sacan es muy positiva. "Funcionamos como cualquier otra escuela, en función de la demanda, y este invierno nos ha desbordado el trabajo", señala satisfecho este antiguo guía de montaña. La oferta es muy extensa, y va desde cursos de iniciación a los de perfeccionamiento, siempre con el objetivo de intentar que los discapacitados puedan llegar a poder esquiar de manera autónoma. Sin embargo, la especial condición de los clientes hace que haya una planificación muy importante detrás. "Desde octubre ya teníamos todo el calendario completo hasta abril. Realizamos cursos personalizados para cada cliente, y las fechas dependen sobre todo de la disponibilidad de los hoteles, ya que no todos están adaptados para los disminuidos", explica.
Cerler y Formigal
Actualmente, su base de operaciones se sitúa en la estación de Cerler, y "esporádicamente en Formigal. Confío en que al año que viene sea allí también plenamente, sobre todo porque los accesos al valle son mejores", explica Jabi Álvarez. Aunque se rija como una escuela normal, el modo de contratar los cursos es diferente. "La gente se pone en contacto con nosotros y antes de iniciarlo quedamos en vernos personalmente. Es muy importante conocer previamente a la persona, así como el grado de su discapacidad", afirma. Un encuentro previo que se complementa con una revisión médica "para evaluar los posibles riesgos que puede correr esa persona con la práctica del esquí, ya que cada discapacidad es diferente", señala. Con todos esos datos se realiza el plan del cursillo que se va a llevar y se adecúan las fechas.Ya son varias las estaciones de esquí que se han interesado por las enseñanzas de estos dos aragoneses que poco a poco van logrando situar al Pirineo como referencia en el esquí adaptado.
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