Empezó a esquiar a los 53 años después de quedarse viuda, para a acompañar a su hija y con la intención de aprender. Al principio ningún profesor le quería enseñar por su edad pero gracias a su tesón y empeño, Víctor, Profesor de la Escuela Española de Esquí, decidió enseñarles a ella y a su nieto de cinco años.
Desde sus inicios en el deporte blanco, Elsa lució un casco que le colocaron cuando nadie lo llevaba y al lado de su nieto, comenzó a hacer cuñas y aprendió a deslizarse por la nieve.
Madre de siete hijos y con 13 nietos, sigue con la ilusión de una colegiala deseando que lleguen estos días para poder subir a su estación de Formigal y deslizarse por las pistas de “Anayete” como ella las denomina.
Su nuevo profesor, José Maria Domec, que sólo lleva con ella 20 años ayudándole a progresar, espera también estos días en que su amiga Elsa venga a meterse con el y a dar un paseo por nuestros valles y montañas en Formigal.