Modalidades y tipos de esquis

Nieve es sinónimo de libertad. Una sensación que se puede condensar en la imagen de un esquiador trazando una profunda estela en el polvo de una pala extrema, o bien efectuando una cabriola invertida utilizando una 'bañera' como trampolín.

Estamos hablando de 'freeride' (esquí en todo tipo de terreno) y de 'freestyle' (estilo libre, con tablas de doble espátula), dos modalidades que arrasan en las estaciones de todo el mundo. Son el último grito, tanto en las estanterías de los comercios deportivos como en las revistas especializadas, lo que se refleja en un notable incremento en el número de practicantes. Sin embargo, la parte del león de este negocio en continua renovación se la lleva la técnica clásica, reforzada con los 'carver', esos esquíes de corte en curva que permiten imitar con facilidad los giros de la competición.

El estilo libre o 'freestyle' no ha surgido de la nada. El esquí fuera de pista es la base de esta modalidad, que ahora se ha popularizado con nuevos nombres: 'freerunning' para la competición, 'freetouring' para el esquí fuera de pista y 'freeride', que permite subir y bajar pendientes de nieve virgen gracias a los nuevos materiales que han revolucionado el concepto de esta práctica, mezcla de alpinismo y esquí. Tablas y ataduras de marcas como Dynafit, la reina de la alta competición, Dynastar, Head, Elan, la clásica y elitista Völkl y otras muchas han aligerado tanto el material que tientan a olvidar las colas en los remontes y lanzarse 'freerunning' pista arriba, en busca de espacios sin hollar.

Las tablas de 'freeride' han sido diseñadas para 'flotar' en nieve virgen. En pista son auténticos tablones, con reacciones lentas y radios de giro muy amplios, superiores a los 15 metros. Esta falta de prestaciones en nieve pisada se vuelve ventajas en condiciones extremas. Entonces es cuando un buen par de tablas de 'freeride' -su precio es alto- vale su peso en oro.

Pero hay una modalidad antigua y olvidada de la que han salido muchos de los iconos modernos del esquí. Es el 'freestyle' clásico, mitad saltos y mitad 'bumps' (baches). De ella deriva la fórmula que ahora causa furor entre los aficionados adolescentes, los mismos que practicaban 'snowboard'. Un concepto ahora desbordado por un 'freestyle' más alternativo y agresivo aún si cabe.

Se practica con esquí con doble espátula. A partir de ahí, cada marca presenta sus innovaciones. Son esquíes compactos y a la vez ligeros, por lo que es inútil buscar unas características comunes. En un inicio era exclusivo de los 'snowparks', pero de ahí ha saltado a la pista o fuera de ella. Se ha formado un binomio 'freestyle'-'freeride' que exige tablas con doble espátula, alma de madera y una pieza de titanio en el centro de la suela (la marca eslovena Elan es pionera) para 'grindar' (descender barandillas) en el más puro estilo del 'snow'.

En pista y fuera de ella se manejan a base de derrapaje. Permiten brincar, estabilizarse en el aire y caer de pie. Son mucho más anchos que los 'carver', y por tanto sus reacciones son más lentas.

'Race carving' es la denominación anglosajona del esquí de pista. Sigue siendo la modalidad estrella. Necesita superficies de nieve pisada, desniveles razonables y amplias ganas de lucimiento.