Se trata al parecer de un diamante de los fetén, tanto como para que en San Glorio pueda desarrollarse «la que podría ser la más amplia y mejor estación de toda la Cordillera Cantábrica». Quien esto dice no es un cualquiera: es el director de Baqueira-Beret, Aureli Bisbe, que la semana pasada conoció in situ la zona junto al director del área de Montaña de la estación pirenaica, Jordi Cardona.
El motivo de la 'auditoría' al lugar, aunque escueta y «falta de muchos datos importantes», reconoce Bisbe, partía del interés de dos conocidos empresarios del sector de la construcción afincados en Valladolid, cuyos intereses reales se desconocen aún, por lo que no ha trascendido si con su compañía estarían dispuestos a impulsar algún proyecto alternativo al de la empresa Pico Tres Provincias o barajarían sumarse a aquellos planes, que prevén la inversión de 70 millones de euros en una estación que implicaría también a Palencia e incluso Cantabria.
Según el máximo responsable de Baqueira, San Glorio ofrece una de las mejores características a priori para este tipo de instalaciones: la altitud. Hay puntos donde se podría esquiar hasta en cotas de 2.500 metros, lo que además significa mayores garantías de permanencia de la nieve.
Igualmente, «presenta unos desarrollos muy correctos» para la hipotética futura delineación de las pistas, con buenas pendientes, e incluso «la vegetación parece indicar que se trata de un terreno bastante atractivo».
Sin embargo, Bisbe no quiere ni protagonismo ni llamadas a engaño. Por eso, recuerda que «nos faltarían muchos datos para pronunciarnos mejor, tan vitales como las precipitaciones o la cota habitual de nieve y sus espesores.
Y también ven cosas que podrían complicar el proyecto. Al menos así cree que ocurriría con los accesos («la llegada es muy larga, con muchas dificultades para el acceso», indicó) y con ciertas cuestiones medioambientales, que a la postre son las que están en liza entre quienes quieren la estación de esquí a toda costa, incluidas las instituciones públicas, y quienes creen que se trata de una aberración natural.
Ninguna de ellas, opina Bisbe, es definitiva a la hora de decidir si se hace o no la estación invernal porque el dinero todo lo puede. Accesos y minimización de los impactos «se solucionan o no dependiendo de la inversión, de lo sustancial que sea».
La visita de Bisbe y Cardona se produjo hace ya dos semanas, en compañía entre otros del alcalde de Boca de Huérgano, Tomás de la Sierra González, si bien descartan de momento realizar nuevos y más profundos análisis más allá del realizado, que según reconoció el director de la estación pirenaica llegó de la mano de la relación que debe unir a los dos empresarios vallisoletanos mencionados con responsables de Catalana Occidente, propietaria de Baqueira.
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