Para ello, la entidad regida por la Junta de Andalucía "pretende cobrar un canon" por la utilización del paraje, "tanto a los empresarios como a los usuarios", aseguraron a La Opinión los comerciantes que, pese a realizar esta denuncia, prefieren permanecer en el anonimato.
El ordenamiento de la zona -que no se realizará para la próxima temporada- pasa por vallarla, tanto por razones de seguridad como para crear un recinto cerrado. "Si lo hacen para evitar accidentes, bienvenido sea, pero el problema es que quieren poner barreras para controlar quién entra y quién sale y cobrar por utilizar una zona que siempre ha sido gratuita", añadieron.
El colectivo cree que éste "será el primer paso para quedarse con nuestros negocios", ya que "nos van a cobrar a nosotros también por trabajar aquí, vender nuestros productos y alquilar nuestros trineos, lo que reducirá nuestros ya de por sí menguados ingresos". La reordenación de los negocios de la Hoya de la Mora incluye desplazar las casetas de las tiendas que se colocarán en un lateral del aparcamiento, y posiblemente la instalación de un cañón para producir nieve artificial, además de una máquina para eliminar las placas de hielo.
Como publicó La Opinión en varias ocasiones, la primera en diciembre de 2003, Cetursa lleva al menos tres años proyectando la reordenación de la Hoya de la Mora, un paraje situado a una altitud superior de la estación de esquí de Pradollano y que, por lo tanto, tiene más nieve.
Los comerciantes reclaman su espacio para ofrecer alternativas al deporte oficial, dirigidas a familias y, en general, a todos los visitantes que no esquían y sólo quieren "pisar la nieve y disfrutar de un día en la Sierra, no en la estación". Por eso aseguran que la intención de Cetursa de crear una nueva zona recreativa "es absurda, porque ese lugar para el ocio ya existe, y es el que nosotros regentamos".
Hace casi dos años, los empresarios de la Hoya denunciaron que la empresa que gestiona la estación está poniendo todo tipo de inconvenientes para permitir el libre acceso a la Hoya de la Mora "como señales de tráfico de dirección obligatoria hacia otro sitio o discos de dirección prohibida".
Estos problemas se unen a otros que, con el tiempo, se han ido resolviendo, como el servicio de recogida de basura que funcionaba tarde y mal debido a la complejidad del acceso, porque la urbanización de Pradollano actúa como cuello de botella. Los pequeños comerciantes de la Hoya conocen la Sierra como nadie. La mayoría ha nacido en municipios de la cornisa del macizo y han visto con sus propios ojos la evolución de la estación de esquí, incluso algunos trabajaron para Cetursa hace algunos años.
Por todo ello, aseguran que no se oponen al progreso y a la evolución de la empresa "pero queremos que cuenten con nosotros porque llevamos toda la vida aquí". Temen que Cetursa "nos eche" del paraje donde trabajan, dejándoles sin sustento económico, aunque las últimas conversaciones con los responsables de la estación "nos han aclarado un poco más las cosas y, pese a que van a mover nuestras casetas de donde están, nos van a respetar".
Por último, advierten de la necesidad de frenar las urbanizaciones en Sierra Nevada. Concluyen que "no se le puede entregar un patrimonio natural, aunque esté fuera de los parques legalmente reconocidos, a los constructores y las grandes cadenas hoteleras" y confían en que alguien "ponga freno al cemento".
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