Bajo el nombre de Jaca-Los Pirineos -aunque aún falta por concretarlo-, se pretende aprovechar el desarrollo de infraestructuras y comunicaciones para garantizar la implicación tanto de la ciudad de Huesca como de Zaragoza, unidas al territorio olímpico gracias a un seguro desarrollo de los proyectos que se encuentran en marcha.
De momento, la ciudad se somete este lunes al primer examen: el Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Español debe decidir si apuesta o no por presentar una candidatura española a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014. En caso de que decida lanzar una apuesta, Jaca estaría de nuevo en el disparadero -porque, en principio, no existe otra alternativa al proyecto aragonés-.
En el caso de que el COE resuelva no presentar ninguna candidatura, Jaca-Los Pirineos 2014 quedaría prematuramente fuera de la carrera olímpica.
Sin embargo, tanto el alcalde de Jaca, Enrique Villarroya, como el director general de Deportes, Pedro García Villamayor, se muestran esperanzados en que Jaca pueda superar este primer test: "Una candidatura a los Juegos de Invierno -dice Villarroya- ni perjudica ni quita espacio a nadie". Sobre esos cimientos se empezaría a construir el nuevo proyecto.
"Se trata de mejorar las candidaturas y lograr un consenso", anuncia el alcalde de Jaca. ¿Y por dónde se encaminaría?.
La principal novedad sería la implicación decidida y desde la primera línea de Huesca y Zaragoza, mientras se estudia también de qué forma podría colaborar Teruel, la ciudad y la provincia. Se trata de hacer realidad un proyecto común de toda la Comunidad: "La apuesta de Aragón" podría ser el subtítulo inseparable del logotipo de la candidatura.
La presencia de Huesca y Zaragoza garantizaría la resolución de los problemas de las comunicaciones. Este viejo recelo del Comité Olímpico Internacional quedaría resuelto con el impulso de las autovías y el AVE, así como los aeropuertos de Zaragoza y Monflorite.
La otra gran debilidad de Jaca se centraba en las infraestructuras hoteleras, algo que puede quedar resuelto en gran medida con las nuevas plazas en Panticosa, en Jaca y el Valle del Aragón, así como en la Estación de Canfranc. Pero, sobre todo, con el caudal que ofrecen tanto Huesca como Zaragoza. La incorporación de las dos ciudades a la candidatura garantiza una capacidad de alojamiento que cumple con las exigencias del Comité Olímpico Internacional.
Pero la entrada directa de las capitales debe ir mucho más allá: a Zaragoza se le va a pedir la atención a varias de las disciplinas en dos o tres instalaciones específicas; algo que también debe afrontar Huesca, bien sea por sí misma, bien con el apoyo de otras localidades de la provincia.
Y, al mismo tiempo, se ofrece una continuidad al desarrollo de la Exposición Internacional de 2008: las infraestructuras y las instalaciones de la capital aragonesa podrían servir de base para impulsar la idea olímpica.
El proyecto profundizaría en la celebración de las disciplinas de esquí en las pistas del Pirineo, en donde está garantizada una mejora de las instalaciones -de acuerdo con las exigencias del propio turismo de invierno-; y para los deportes de hielo, se aprovecharían las posibilidades del nuevo Palacio de Jaca y de las instalaciones que está previsto desarrollar en el Centro de Alto Rendimiento de la ciudad altoaragonesa.
Si bien Enrique Villarroya tiene claro que es preciso mantener el sello de identidad de Jaca en el nombre de la candidatura, su idea pasa por regionalizar el proyecto; e incorporar un apellido - al estilo de "La apuesta de Aragón"- que permita no sólo sumar a las capitales aragonesas al proyecto (también Teruel podría atender el desarrollo de alguna disciplina), sino, sobre todo, contagiar a la comunidad de un espíritu olímpico que ilusione a los aragoneses.
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