Termas de Chillan se reconvierte para ofrecer un turismo para todo el año

Termas de Chillan ya no es solo una estación de esquí. Es una embotelladora de agua mineral, una linea de cosmética natural y un complejo hotelero de aguas minero-medicinales entre otras actividades.

Desarrollaron el concepto de turismo Ski-Spa, que ya no depende de cuánta nieve caiga y que les permite tener turistas todo el año. Pero la estrategia no les ha resultado barato: han invertido US$ 50 millones.

Antes, de San Isidro dependía todo en Termas de Chillán. Estaba en sus manos que el centro invernal tuviera un buen año y abundara la nieve en sus canchas. Ahora es diferente. El concepto original del hotel que creó, en 1978, José Luis Giner ha variado y hoy es un Ski-Spa que ya no depende sólo de la nieve, pues la idea es que durante todo el año el flujo de pasajeros no se interrumpa.

Para lograr eso, incorporaron una serie de servicios que se mantienen desde enero a diciembre orientados a aprovechar sus aguas termales de 60° C. Y la estrategia ha dado resultados. Según explica la gerenta general de Hotelera Somontur -dueña de las termas-, Regina Serrano, el número de pasajeros ha subido a un ritmo de 10% anual, totalizando en lo que va del año más de 100 mil "pernoctaciones", como ellos les llaman a sus visitantes. "Termas de Chillán ofrece simultáneamente esquí y termalismo. Es un resort de montaña con bosques nativos milenarios, una vegetación muy rica y hermosos paisajes en la cordillera y el valle", agrega la ejecutiva. Para desarrollar el nuevo concepto de Ski-Spa han invertido US$ 50 millones, de los cuales US$ 15 millones se destinaron para ampliar y alhajar el Gran Hotel.

Sus orígenes
Termas de Chillán nació en 1978 con la remodelación de un antiguo hotel que estaba en la zona y por iniciativa de José Luis Giner y su esposa, María Eugenia Ossa. Ese año comenzaron a levantar inmuebles, construir baños de azufre, habilitar pistas. Eso, mientras formaban su propia familia. Hoy sus cuatro hijos participan de la empresa y juntos han afrontado las vicisitudes del negocio: la crisis económica de los años 80 y el incendio del hotel en 1991. "Lo destruyó totalmente y nos obligó a levantar uno provisorio en tiempo récord, poco más de 90 días", recuerda Serrano. El siniestro ocurrió en plena temporada invernal y en los tiempos en que el grueso de los ingresos se hacía en esos meses.

Hoy el complejo posee el Gran Hotel Termas de Chillán, de cinco estrellas, el Pirigallo, de tres, y el Pirimahuida. Además, cuenta con seis edificios de departamentos.

Paralelamente, José Luis Giner ha desarrollado otras dos líneas de productos: envasó el agua mineral y la vende con la marca Chillán y, además, produce cosméticos naturales que comercializa como Agua Term.