El proyectio preveía extender el dominio esquiable en 194 hectáreas en el Cap de la Socarrada, así como la construcción de 11 hectáreas de pistas, edificios, telesillas y cañones de nieve. El Govern considera que todo esto supondría un "impacto ambiental crítico" en la zona, especialmente sobre los gallos salvajes, espécie de aves protegidas.
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