Nieve excepcional para despedir la temporada de esquí

Frío y nieve polvo volverán a ser los protagonistas de este último fin de semana de la temporada de esquí. El embolsamiento de aire frío del sábado y domingo pasados, que propició un estadio intenso de nevadas, y que dejó grosores de más de 50 cm de nieve fresca, podrá repetirse.

Aunque todo apunta a una reactivación de unas nevadas algo más moderadas, la nieve de calidad excepcional, junto a un panorama más de invierno que primaveral, despedirán la campaña 2004-2005, calificada como muy irregular.

Si bien, Port Ainé, Vallter 2.000 y Masella, en el Pirineo catalán, Vallnord y GrandValira en Andorra, Astún y Candanchú en Aragón, Sierra Nevada o las pistas cántabras continúan abiertas, con gruesos todavía considerables, el resto ya ha dado por finalizada la temporada. Un cierre obligatoriamente forzoso, a excepción de Baqueira Beret o Tavascán ambas con récord casi histórico de nieve.

Una temporada totalmente variable y muy atípica que comenzó con la escasez de nieve y la apertura parcial de las pistas hasta casi las fiestas navideñas, fecha en la que una perturbación de norte dejaba ya los primeros grosores. Sin embargo, la llegada de importantes precipitaciones, desde mitades del mes de enero y hasta principios de marzo -acompañadas por temperaturas extremadamente bajas y vientos muy fuertes de origen siberiano- convirtió la temporada de esquí en una lotería diaria.
Con jornadas muy dispares para los deportes de invierno, las intensas nevadas acompañadas por un viento excesivo, obligaron a cerrar las pistas demasiados días. Por ello, y a falta de un balance definitivo todavía, la temporada registrará un descenso de esquiadores en comparación a los últimos años.

Aunque las estaciones catalanas se despiden este fin de semana, éstas podrían volver a abrir los fines de semana siguientes, siempre y cuando la nieve mantenga condiciones idóneas para el esquí y el snowboard.