Las obras de perforación del segundo túnel de Viella, de 5.230 metros de longitud y que entrará en servicio entre febrero y marzo de 2006, han acabado hoy al encontrarse la boca norte y sur de la infraestructura, lo que en el argot de ingeniería se denomina cale.
El conseller de Política Territorial, Joaquim Nadal, y el delegado del Gobierno en Catalunya, Joan Rangel, han presidido hoy el acto de ejecución del cale, realizado con una retroexcavadora giratoria, y han coincidido, en palabras del conseller, en que la obra es "de primerísima magnitud y de total urgencia".
Durante el acto, la persona más fotografiada ha sido Fermín Monge, un aranés de 88 años que trabajó en las obras del primer túnel de Vielha a pico y pala, y que hoy se ha emocionado al rememorar aquellos primeros años del siglo XX.
La nueva galería, cuyas obras empezaron en marzo de 2002 con la colocación de la primera piedra, dispondrá de tres carriles de circulación, uno en cada sentido, mientras que el tercero será reversible.
El nuevo túnel, obra que ejecuta el Ministerio de Fomento y que fue adjudicada a la unión temporal de empresas formada por OHL, Copcisa y Comsa, supone una inversión superior a los 143 millones de euros y el plazo de ejecución es de 39 meses.
Cuando entre en servicio el nuevo túnel acogerá todo tipo de tráfico, a excepción de los vehículos que transportan mercancías peligrosas, que discurrirán por el actual túnel de Viella. Ambos túneles estarán conectados por 12 galerías cada 400 metros, que servirán para evacuaciones en caso de incidencias en el nuevo túnel.
Unas 700 personas han trabajado en la construcción y el revestimiento del segundo túnel, que llevará por nombre "Juan Carlos I", mientras que el antiguo lleva el nombre del rey "Alfons XIII", el monarca al que los araneses pidieron la infraestructura en julio de 1924, en una visita que efectuó al valle.
Fomento mantiene que la nueva infraestructura será modélica en materia de seguridad al contar con 1.186 puntos de luz, un balizamiento de emergencia con 442 unidades luminosas, 25 bocas de incendio, 12 analizadores de monóxido de carbono y 8.673 aspersores que se activarán en caso de incendio, entre otros elementos.
El nuevo túnel será cuatro veces más grande que el actual con un ancho de circulación de más de 12 metros, arcenes e incluso aceras y la altura mínima será de 5,29 metros, cuando el actual túnel solo tiene de ancho 6,25 metros y de alto 4,11 metros.
Valoraciones positivas del sector turístico
Los diferentes agentes que operan en la Vall d'Aran valoran positivamente el nuevo equipamiento, aunque alertan que cuando entre en servicio podría incrementarse el tráfico de camiones por el valle, lo que puede perjudicar los intereses turísticos.
El presidente del Gremio de Hostelería de la Val d'Aran, Juan Antonio Serrano, sostiene que el nuevo túnel "hacía falta, ya que el actual tenía muchas deficiencias" y ha agregado que "obligará a mejorar el resto de la N-230 entre Lleida y la frontera francesa".
Aureli Bisbe, director general de la estación de esquí de Baqueira Beret, el motor económico principal del valle, destaca que el nuevo túnel "hacía mucho que lo esperábamos" y confía en que ya pueda ser utilizado durante la próxima temporada de esquí.
Por su parte, el presidente de la Diputación de Lleida, Isidre Gavín, se ha felicitado de la puesta en servicio en los próximos meses del nuevo túnel, si bien ha advertido que el antiguo "tiene graves deficiencias, siendo uno de los más peligrosos de Europa, lo que nos preocupa".
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