Según confirmaron ayer fuentes de Aramon, la opción de compra ya se ha formalizado con los propietarios de la finca (la comunidad religiosa de la Provincia Franciscana de Catalunya, antes con sede en Balaguer y ahora en Barcelona) por un periodo de dos años y la operación está vinculada al proyecto de ampliación de la estación de esquí de Cerler hacia el valle de Castanesa (municipio de Montanuy).
La formalización definitiva de esta opción de compra está supeditada a los estudios ambientales, técnicos, geológicos y de inundabilidad, entre otros, que aún deben hacerse entre este año y el próximo sobre los terrenos adquiridos.
Sólo si estos estudios aconsejan la viabilidad de la urbanización de esta área, Aramon tirará adelante con el proyecto, sino tirará marcha atrás en la opción de compra.
Según las mismas fuentes de Aramon, la cercanía de la finca con el río Noguera Ribagorçana y la N-230 hace imprescindible un estudio riguroso de la viabilidad de convertir la zona en el complejo de infraestructuras y servicios de la ampliación de la estación de Cerler hacia Castanesa. La intención de convertir una parte de las 40 hectáreas (entre 10 y 15 podrían ser edificables) en el complejo de alojamientos y servicios del futuro dominio esquiable de Cerler en el valle de Castanesa cuenta con la aprobación del Ayuntamiento de Montanuy, que defiende la preservación de la zona alta de la ampliación (los núcleos del valle, a los cuales prefiere descargar de grandes urbanizaciones).
Desde el Ayuntamiento se apuesta por la urbanización de las cotas más bajas del municipio y, en esta línea, la finca de la Casa d’Arro es ideal, si los estudios técnicos lo acaban corroborando.
Para Aramon también es una opción atractiva porque, según reconocieron ayer fuentes del holding, es de fácil acceso desde la N-230 (apenas un kilómetro, mucho menos que la distancia que separa Boí-Taüll y Baqueira Beret de esta misma carretera), se trata de una gran superficie, y en esta primera fase de boom urbanístico de la ampliación de Cerler el impacto sobre pequeños pueblos quedaría minimizado.
La ampliación de la estación de Cerler hacia Castanesa la convertirá en el complejo invernal más grande de Aragón junto con Formigal y la dejará a menos de 15 kilómetros del límite con Catalunya.
El Ayuntamiento de Montanuy encargó el estudio de aprovechamiento de la montaña de Castanesa a Dianeige, una de las empresas más prestigiosas de Europa (con sede en Grenoble) en lo que a diseño de complejos invernales se refiere. En este estudio se habla de la construcción en una cota baja de un telecabina con capacidad de 2.000 personas por hora. El punto de partida podría estar en Fonchanina, Castanesa o Ribera (agregados de Montanuy).
El estudio baraja el acondicionamiento de 400 hectáreas de área esquiable y de un mínimo de 20 kilómetros de pistas, así como la construcción a pie de pistas de un gran aparcamiento como único equipamiento urbanístico en esa cota.
En una primera fase esta ampliación asumirá el acceso de 6.000 esquiadores y unas 3.000 plazas hoteleras. De las 18.000 hectáreas del municipio, 4.000 están protegidas por el parque Posets Maladeta (un 23 por ciento del municipio) y las 400 hectáreas de área esquiable nueva representarán un 3 por ciento de la superficie del municipio.
Los vecinos de los núcleos afectados por el proyecto (Castanesa, Ribera, Ardanuy y Fonchanina) acordaron a finales del año pasado respaldar el proyecto y Aramon negoció la compra de terrenos con los 70 propietarios de la montaña, una parte constituidos en comunal de vecinos y otra en partidas de cinco particulares.
Los propietarios de la montaña aceptan que sea alquilada para usos de esquí durante un periodo de 50 años y por cada hectárea piden a la concesionaria 120 euros. Los propietarios plantean además que transcurridos cinco años de la puesta en funcionamiento de estas nuevas pistas, puedan cobrar en concepto de un porcentaje sobre los ingresos brutos en taquilla.
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