De la Cama depende ahora que puedan comenzar o no las obras, que se iniciarían por el acceso desde la carretera del puerto de San Isidro hasta el lugar en el que se emplazará la base de la estación de esquí asturiana, en la falda del pico Toneo. Esta comisión -un órgano colegiado del Principado de Asturias compuesto por representantes de distintas administraciones públicas sin participación de organizaciones representativas de intereses sociales- determinará si el proyecto de la estación debe cumplir alguna restricción para ejecutarse de acuerdo con el estudio de impacto y las alegaciones, emitidas casi en su totalidad por grupos y organizaciones ecologistas.
La que sería la segunda estación invernal asturiana -además de la de Valgrande-Pajares- es uno de los proyectos singulares del plan complementario de reactivación de las comarcas mineras del carbón firmado entre los sindicatos mineros (CC OO y SOMA-FIA-UGT) y el Gobierno regional del Principado. El proyecto cuenta con unos 10,8 millones de euros (1.800 millones de pesetas) para desarrollar la primera fase, con un edificio de servicios múltiples, un aparcamiento y varios remontes mecánicos y pistas que está previsto que enlacen con las de San Isidro.
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