Casi el doble de deportistas que en la edición anterior -procedentes de clubes de Madrid, Castilla-León, Navarra y Aragón- tomarán la salida para tratar de arrebatar el título a Beatriz Vila (Zaragoza) y Sergio García (Benasque), los ganadores del año pasado.
La competición se divide en dos categorías. La absoluta -sección oficial cuyos vencedores serán coronados campeones de España-, tiene un recorrido de cinco y tres kilómetros para los apartados masculino y femenino, respectivamente. Por su parte, la adaptada se disputa sobre una distancia de 300 metros, esquiando en paralelo y con pruebas de eliminación, y tiene la finalidad de fomentar la participación de todo tipo de deportistas, a pesar de que no gocen de un nivel alto de esquí. A mediados del próximo mes de enero se celebrará el Nacional de alpino, una modalidad que atrae más a los chavales por la velocidad que imprimen las pendientes.
No obstante, aunque sin restar ni un ápice de importancia al esfuerzo físico y los progresos deportivos que acumulan cada temporada estos deportistas, más relevante que la competición resulta el beneficio integrador que conllevan actividades como éstas y que se vienen desarrollando desde hace cuatro años en esta estación del Valle de Benasque. "Mis chicos del Club de Candanchú forman un buen equipo porque entrenamos todos los fines de semana. Existen muchas opciones de que los campeones repitan. Pero, si pierden, no hay que darle importancia", afirma Cándido Sáez, monitor y director técnico de la Federación Española de Deportes de Invierno para Discapacitados Intelectuales.
"Debemos valorar más la evolución y mejora que experimentan en cuanto a movimientos y autonomía para su vida diaria, además de la satisfacción que les proporciona sentirse queridos y admirados", subraya Saéz, que ha invertido todo su interés en un proyecto para hacer posible la participación de una delegación española en unos Juegos Paralímpicos.
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