Del esquí clásico a las piruetas de los 'snowboarders'

Dos son las grandes tribus en que se dividen los amantes de los espacios nevados de las estaciones invernales: el esquí y el snowboard. Durante muchos años hubo un claro enfrentamiento entre sus practicantes, pero desde hace un tiempo la convivencia entre palilleros y snowboarders no sólo es una realidad, sino que la técnica de las tablas de snow se ha aplicado a los esquís carving y los acólitos del descenso en paralelo han comenzado a practicar saltos y descensos por nieve virgen como cualquier snowboarder que se precie.

El esquí clásico y ortodoxo ha dado paso a la práctica de este deporte fuera de pista, incluso los siempre enemigos palilleros y snowboarders comparten ya pandilla e instalaciones. En los mismos snowpark se turnan para lucirse en elementos como el halfpipe, el big jumps o el hand rail y fardan de sus habilidades al ritmo de la misma música.

Sierra Nevada cuenta con pistas aptas para todos los niveles de esquí, desde aprendices hasta expertos. Y desde Cetursa, siempre al tanto de las últimas tendencias, proponen a los amantes del más atrevido modo de gozar de la sierra quarters naturales, windlips y bajadas interminables, así como un snowpark en el que el half-pipe solo es uno de los elementos en los que practicar las más inverosímiles piruetas.

Además, existen otras posibilidades. Hay a disposición de los esquiadores pistas de nieve bacheada y lugares como la Hoya de la Mora, Cauchiles, Peñones de San Francisco y Loma de Dilar, que ofrecen la posibilidad de practicar otras modalidades de esquí, como el artístico y el nórdico o de fondo. Para esta última práctica, Sierra Nevada cuenta con dos circuitos de competición, en Borreguiles y en Pradollano.

Además, esquiar por la noche los fines de semana es una realidad desde hace algunas temporadas.