El puerto de la Bonaigua, que conecta el Pallars Sobirà con Val d’Aran, se convirtió en el destino elegido por miles de turistas, que, animados por el cambio de tiempo después de tantos días de temporal, no quisieron perderse la oportunidad de pisar y jugar con los primeros copos de nieve caídos este otoño, que a primera hora de la mañana de ayer obligaron al Servei Català de Trànsit a informar de la necesidad de utilizar cadenas en la parte más alta de este puerto de montaña.
También eligieron este entorno los aficionados más impacientes del esquí, que, un mes antes de la apertura de las estaciones, descendieron ya por las laderas nevadas del puerto de la Bonaigua, donde se han acumulado espesores de más de quince centímetros en cotas superiores a 1.800 metros. “Esto es una gozada y no podíamos esperar más, ni dejar pasar la oportunidad que nos ha brindado esta primera nevada”, exclama un joven, extasiado, después de descender con una tabla de surf por una de estas palas nevadas tras acceder a pie hasta la cumbre acompañado por otro aficionado a esta misma modalidad de esquí.
La mayoría de estos turistas que viajaron hasta la montaña, y principalmente los más pequeños, se conformó, sin embargo, con un buen revolcón en la nieve o descensos en trineo. Los juegos duraron hasta la hora del almuerzo, cuando se llenaron la mayoría de los restaurantes y establecimientos hoteleros de Val d’Aran y Pallars que mantienen abiertas sus puertas.
La única nota negativa de la jornada llegó a la hora de volver a casa, ya que el éxodo de turistas que, animados por el buen tiempo, se desplazaron hasta la costa y el Pirineo durante este fin de semana de Todos los Santos provocó retenciones de tráfico en los principales accesos viarios a Barcelona.
Hubo quien ya se delizó con sus tablas por la nieve
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