Momento pues, tras la resaca de Turín y el éxito de Villalón, para averiguar cómo funciona el tándem formado por el esquiador y su guía. "Las tres claves son coordinación, comunicación y confianza", enumera Nuria Verdaguer, responsable de las salidas de esquí organizadas por la ONCE y guía desde hace diez años. Primero hay que distinguir entre la categoría B1 (personas que no perciben ninguna luz) y las B2 y B3, para esquiadores con cierta agudeza visual. "En el primer caso, las indicaciones son siempre a través de la voz, amplificada por un megáfono que el guía lleva en la espalda o un sistema de micrófonos y altavoces insertados en los cascos", explica.
Aunque cada pareja tiene sus propias claves, Verdaguer indica cuál es la técnica básica: "La secuencia suele ser va, va, derecha, ya, va, va, izquierda, ya". Cuando el guía revela la dirección a seguir quiere decir que él esta girando y cuando grita ya, está indicando al esquiador que debe cumplir la orden en ese preciso momento. El código varía según la zona o la federación.
Lo que no cambia es la necesidad que exista una gran unión entre los dos esquiadores. "La persona con alguna deficiencia visual debe confiar en que el guía elegirá el camino adecuado y que transmitirá la información necesaria en el momento justo", según comentan desde la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC). "Por otro lado, el guía ha de confiar en que su esquiador responderá como él espera y que sabrá frenar a tiempo si surge un imprevisto", continúan desde la FEDC.
Lento aprendizaje
Antes de trabajar la coordinación, de todas maneras, es necesario aprender a esquiar como cualquier otro principiante. "El proceso es algo más lento, ya que el profesor debe basarse en las explicaciones verbales y los alumnos han de utilizar su sentido del tacto para averiguar la posición correcta", relata Nuria Verdaguer.
Los guías han de reunir una serie de características específicas: "Necesitamos personas con una buena predisposición, carácter abierto y capacidad para ayudar en la convivencia diaria", resume Verdaguer. Y buen ojo para esquivar el tráfico creciente en las pistas, además de los cañones, los telesillas... Villalón concluye su carrera deportiva tras estos Juegos. En las pistas del Pirineo, alguien guía en estos momentos a su sucesor.
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