El Pirineo recibe la primera nevada tras los meses centrales del verano

Las cotas más altas del Pirineo altoaragonés recibieron ayer, en la recta final del verano, precipitaciones de nieve que ya anuncian la llegada del otoño. Según indicaron desde diferentes puntos, la nieve cayó en torno a los 2.000 metros de altura de este a oeste de la cordillera pirenaica. Se trata de la primera nevada tras los meses centrales del verano, que ha dejado un manto blanco en algunos picos que ayer se podía apreciar desde diferentes zonas.

Desde la urbanización de Formigal se aseguró que la nieve había caído por encima de la cota 2.400, y que allí la lluvia fue la protagonista del día. Las precipitaciones llegaron acompañadas de un acusado descenso de la temperaturas, como lo reflejaban los 9 grados que marcaba el termómetro en Formigal sobre las siete de la tarde.

Un vecino de Benasque comentó que en esa zona la nieve había caído por encima de la cota 1.800-1.900 durante prácticamente todo el día. Al igual que en Formigal, las temperaturas experimentaron una notable caída y la lluvia no cesó. El viento fue el otro gran protagonista de la jornada en el terreno meteorológico, ya no sólo en el Pirineo, sino en la práctica totalidad de la provincia.

La nieve también llegó ayer al Pirineo de Lérida, concretamente a las cotas más altas del Valle de Arán y de la zona norte de la comarca del Pallars Sobirá.

Por otra parte, el Instituto Nacional de Meteorología (INM) prevé para hoy viento con intervalos fuertes del noroeste al principio en el valle del Ebro, y nuboso en Pirineos.