Los chicos siguen aprendiendo con dos tablas en sus pies, mientras que los adolescentes, atraídos por el marketing del snowboard, se vuelcan a este deporte.
Como el rugby y el fútbol, el snowboard y el esquí se ganaron la fama de antagónicos en el mundo. Sin embargo, en Mendoza no es así. Es cierto, hay extremistas que defienden a todo o nada su especialidad, aún así hay un medido equilibrio entre snowboardistas y esquiadores, que de vez en cuando incursionan en el otro rubro para sacarse el gustito.
Para dimensionar el tema, nada mejor que recurrir a maestros de estos deportes invernales. En la escuela de esquí y snowboard de Las Leñas, ambas disciplinas tienen sus adeptos, y los instructores hacen una radiografía de ambos entretenimientos, para dar una visión profesional de esta rivalidad que, en nuestro país, no es tal.
De los miles de turistas que pasan por la escuela de esquí y snowboard del valle, el 80% son esquiadores. Si tenemos en cuenta que el 40% de los visitantes toman clases, es fácil imaginar cuál es el deporte que más se practica. Y tiene sus razones. Vito Raimonda es el director de la escuela de esquí y snowboard del centro malargüino. Su trabajo le permite afirmar que el deporte “fuerte” sigue siendo el esquí, y que el snowboard es, por ahora, una alternativa.
“Los esquiadores prueban el snowboard como una alternativa. Algunos se quedan, otros practican ambas especialidades, y otra fracción vuelve al esquí”, explica Vito. En Las Leñas, la mayoría de los chicos (de entre 6 y 12 años) sigue optando por el esquí, mientras que los adolescentes, de 13 a 18, se endulzan con el snowboard. Los nuevitos en el arte de bajar laderas de nieve con snowboard, provienen de deportes que, en su génesis, son similares. Skaters, surfistas y otros tantos, aprovechan sus conocimientos para aplicarlos al deporte invernal.
A diferencia del esquí, el snowboard tiene un marketing muy fuerte. Goza de una mística que atrae a los jóvenes.
Ahora bien, qué hay de eso que es más fácil aprender a surfear la nieve que a esquiarla. Pues no es tan así. Daniel Margaride es supervisor de snowboard de la escuela de Las Leñas. “La primera clase de snowboard es más difícil que la primera del esquí, sin embargo, al segundo día, los avances son mucho más rápidos. De hecho, para bajar por nieve profunda, un esquiador debe tener muy pulida su técnica, algo que puede llevarle 8 años de aprendizaje, mientras que un snowboarder, lo puede hacer en un par de meses”, apunta Daniel.
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