Ante esta subida, la entidad señala que habrá que evaluar el comportamiento del esquiador que habitualmente escoge Andorra como destino turístico, aunque las mismas fuentes han puntualizado que dificilmente se mantendrá el actual ritmo de crecimineto del número de días de esquí, que desde la temporada 1992-93 se ha situado en el 5% por ejercicio. Las estaciones están convencidas de que el impacto de la medida en la demanda será notable, hasta el punto que se podría producir una caida de la cifra de visitantes en la campaña de invieron, cosa que no solo repercutiría en los ingresos de las estaciones sinó que también tendría un choque indirecto en la hosteleria y comercio.
El estudio, encargado por Ski Andorra a una empresa especializada y que será presentado a la titular de Finanzas, Mireia Maestre, se basa en el cálculo del gasto medio por esquiador elaborado por la Generalitat de Catalunya y la Agrupació Catalana d' Estacions de Muntanya /(datos que, según la entidad, son totalment adaptables al país) . El informe señala que una persona se gasta 120 euros (20. 000 pesetas) por dia. De esta cantidad, el 21% corresponde a las estaciones de esquí y a todos los servicios complementarios; el 48%, al hotel; el 16% a las compras y el 15% restante, al transporte.
Desde Ski Andorra se asegura que es muy difícil prever el grado de elasticidad de la demanda. La agrupación utiliza como ejemplo una de las hipótesis incluidas en el estudio. Si la clientela cayera un 8% a consecuencia de la aplicación del ISI, se perderían cerca de 200.000 días de esquí, cosa que significaria una disminución de los ingresos turísticos de 24 millones de euros (4.000 millones de pesetas), la mitad de los cuales corresponderían a la hosteleria. “Si las peores hipótesis se cumpliesen, el ISI tendría un efecto multiplicador en la economía. Lo que se ha de descartar es que el número de días de esquí no se resintiera”, explica uno de los miembros de la entidad.
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