A pesar de que suelen utilizarse en paseos tranquilos o junto a los trazados de fondo, con ellas puede accederse a terrenos con pendientes fuertes y con nieve dura gracias a los crampones que incorporan.
En el mercado existen diversos modelos que están diseñados en función de su utilización ya sea en nieve profunda sin pisar, en terrenos mixtos y accidentados o para uso extremo en aproximaciones a alta montaña y a la escalada. Sus mecanismos de sujeción por cintas son muy sencillos y fáciles de poner para sujetar las botas.
La utilización de las raquetas no requiere ninguna técnica especial y con un mínimo de práctica en los primeros pasos se coge el ritmo. Inicialmente es fácil pisar una raqueta con la otra, pero después de unos pocos metros se domina el gesto natural y la coordinación con los brazos y el apoyo de los bastones que nos ayudan a mantener el equilibrio.
Los errores más comunes en su primera utilización son dos: andar levantando excesivamente las rodillas y caminar con las piernas excesivamente abiertas, lo que nos sobrecargará los abductores. Para evitar estos problemas y algunos tropezones conviene ser los más natural posible a la hora de caminar sobre la nieve y pensar que las raquetas por su especial diseño ya facilitan la separación de las piernas en el momento de pisar la nieve.
Y por último un pequeño consejo que nada tiene que ver con las raquetas de nieve, pero que ayudará a hacer nuestra caminata más cómoda: conviene llevar calzado de montaña para no tener problemas en los pies y no acabar con las botas empapadas.
Con el asesoramiento de www.viladomat.com
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