Al mismo tiempo que avanza el proyecto de Fuentes de Invierno crecen las denuncias de los distintos grupos ecologistas asturianos por las importantes consecuencias medioambientales que tendrá para la zona alta del valle de Aller la construcción de un complejo turístico-deportivo de primer orden.
Los últimos en sumarse a este goteo de críticas han sido los miembros de la Asociación de Amigos de la Naturaleza (ANA). No sólo insisten en que especies como el urogallo se van a ver especialmente afectadas por esta actuación, como ya denunció la Coordinadora Ornitolóxica d'Asturies (COA), sino que están convencidos de que también la población de osos pardos, especie en peligro de extinción, sufrirá las consecuencias de la urbanización de la vertiente asturiana del puerto de San Isidro. José Antonio García, representante de ANA, recordó que tanto Aller como Lena son las dos únicas vías de comunicación entre los hábitat, tanto del oso como del urogallo, que están situados en el oriente y el occidente de la región.
«La zona donde se pretende desarrollar el proyecto de Fuentes de Invierno está recogida como espacio potencial de ocupación osera», declaró García. Y añadió: «Esto es algo que conoce de sobra el Gobierno regional, pero que prefiere obviar».
La Coordinadora Ornitolóxica d'Asturies ya advirtió a principios de este año de que la actuación singular del plan complementario de las Cuencas para Aller acarreará importantes consecuencias para la población local de urogallos. Este aspecto fue rechazado de plano por el director general de Recursos Naturales y Protección Ambiental, Víctor Vázquez, quien apuntó que la estación de esquí, uno de los pilares sobre los que se asienta Fuentes de Invierno, no afectará a zonas boscosas y, por lo tanto, a los cantaderos de urogallos.
Este argumento no convence a los colectivos conservacionistas. «El complejo invernal también prevé pistas de esquí de fondo de dos kilómetros de longitud que, muy probablemente se adentrarán en las zonas boscosas. Además, el proyecto no sólo se reduce a la estación, sino que también supone la construcción de nuevas carreteras, chalés, adosados y bloques de alojamientos turísticos», apuntó José Antonio García, quien puso como ejemplo lo ocurrido en diversas zonas de los Pirineos por proyectos similares al que se baraja para el alto Aller.
La idea de desestacionalizar Fuentes de Invierno para que ofrezca actividades de ocio ligadas a la naturaleza a lo largo de los doce meses también preocupa a ANA. «Esto supone que, de tener éxito esta iniciativa, la zona será frecuentada por visitantes durante todo el año», afirmó el representante de la Asociación de Amigos de la Naturaleza. Este y otros grupos ecologistas están pendientes de que el Principado saque a información pública el proyecto parta presentar alegaciones al mismo.
«El oso pardo y el urogallo son las especies animales más significativas a las que perjudicará la actuación, pero desde luego que no son las únicas», comentó José Antonio García.
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