El resultado es que puedes navegar literalmente sobre la nieve marcando tu propio rumbo y a velocidades increibles de hasta 100 km/h. Volar? Pues casi podemos decir que también, los saltos que hacen los profesionales son impresionantes.
El kiteski no se ha de practicar obligatoriamente con esquís, también puedes hacer servir una plancha de snowboard. La cuestión es dejarse llevar por el viento y gozar de la nieve. Y si lo que realmente te gusta es el freestyle, con este deporte has encontrado lo que hacía tiempo que andabas buscando.
Como es un deporte nuevo, aún está todo permitido y, lo que es mejor, todo está por descubrir. Tú tienes en tus manos las reglas del deporte, por lo que puedes probar cualquier cosa que se te ocurra: trucos, volteretas o saltos a cielo abierto.
El kiteski no es un deporte difícil. Aúnque a la vista de las imagenes puedas pensar que esto no está hecho para ti, no hay nada mejor que intentarlo. Si te gusta la nieve, la sensación de libertad y los deportes que liberan tu adrenalina... ¡¡no esperes más a probarlo!!
Donde practicar el Kiteski
Entre todos los lugares donde de puede practicar el kiteski, hay uno que es especialmente significativo: el lago Silvaplana, en Suiza. Todos los grandes del deporte han pasado por esta parte del mundo, las principales competiciones de kiteski han tenido lugar en su superfície helada y, hasta, ha sido el escenario de anécdotas que han marcado la evolución del deporte.
Stephan Popprat, el que hoy es uno de los grandes pioneros del kiteski pasaba un dia por Silvaplana porque le gustaba el lugar y la sensación de paz que transmite. Allí vió un hombre que hacía volar una cometa y se acercó a hablar con el. Resultó ser Reinhold Messner, el primer alpinista que subió al Everest en solitario. Así nació una relación casual entre los dos cuando Messner quería hacer una travesía por la Antàrtida con cometas de tracció.
Muy cerca del lago Silvaplana hay otro de los grandes lugares de Europa para el kiteski: el lago Bianco. Está situado en un lugar privilegiado, el Bernina Pass, un valle formado en el pico de 4.000 metros más oriental de los Alpes. Las condiciones de viento y de nieve son excelentes y las posibilidades infinitas.
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