Éstas son dos de las novedades que incorpora el anteproyecto de ley de seguridad en las pistas de esquí, que el Ejecutivo negocia ya con las estaciones de esquí y que, de ser aprobado en estos mismos términos, obligará a éstos a contar con una especie de policías de pista encargados de velar por el cumplimiento de las normas.
Tras un primer borrador que no gustó demasiado a los responsables de las estaciones, el Ejecutivo autonómico ha preparado ahora un segundo texto que rebaja algunos de los planteamientos iniciales. Si en el anterior, el uso del casco se exigía a todos los esquiadores, en éste su utilización obligatoria se restringe a los niños. A diferencia del primero, también se ha dado más facultades a los vigilantes de la nieve, que habrán de ser guardias jurados y por tanto tener una formación específica.
Éstos podrán retirar el forfait de ese día o definitivamente a quienes incumplan las normas de la estación (que deberán quedar recogidas en un reglamento de régimen interior), expulsarles de las instalaciones o ponerles a disposición de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en caso de que alteren el orden público. Además, estarán facultados para suspender temporalmente los remontes, identificar a los deportistas y comprobar si disponen o no de los seguros obligatorios. Cuando se produzca un accidente con daños personales, deberán redactar un parte sobre lo sucedido y hacérselo llegar a los agentes que se encarguen del caso.
No obstante, todos estos puntos están aún pendientes de estudio y su redacción final dependerá del resultado de las conversaciones con los responsables de las estaciones de esquí. La DGA quiere reforzar la seguridad en las pistas y minimizar al máximo los riesgos de los usuarios, pero quiere hacerlo con el máximo acuerdo posible de las estaciones. No en vano, el turismo blanco es uno de los sectores económicos más importantes para la Comunidad.
Precisamente, la búsqueda de este consenso estaría retrasando la aprobación de la ley. La intención inicial era que las medidas entraran en vigor la próxima temporada. Pero esta previsión ya se ha descartado. Aunque en el mejor de los casos éste podría ser uno de los nuevos proyectos de ley que se enviaran a las Cortes en lo que resta de legislatura (hay otros 12 pendientes de su tramitación), las normas no se aplicarían hasta finales de 2007. Y es que el anteproyecto señala que las estaciones deberán estar adaptadas a las nuevas condiciones "al comienzo de la temporada siguiente a la de su entrada en vigor".
Junto a los vigilantes de pista, la obligación de contar con seguros es otro de los puntos en discusión y que pueden resultar más polémicos, sobre todo en lo que se refiere a quién y cómo hace cumplir esta exigencia. Tras el boom del esquí y el incremento en los accidentes, eran muchas las asociaciones de consumidores, como la UCA, que ya aconsejaban a los esquiadores contratar alguna póliza. Pero si prospera el texto tal cual, dejará de ser opcional y pasará a ser una exigencia.
Pólizas junto al abono
Los esquiadores podrán contratarlo por su cuenta o bien en las estaciones, que tendrán que ofertar esta posibilidad junto al abono (la mayoría de los centros ya lo hacen, pero son pocos los esquiadores que lo adquieren). Actualmente, el precio del "forfait" incluye siempre el seguro de viaje obligatorio (que responde ante posibles incidencias en los remontes), no así la asistencia y primeros auxilios en pistas que debe contratarse aparte (por ejemplo, Aramón cobra un euro).
Según el borrador, los seguros tendrán que tener una cobertura mínima de 60.000 euros (el de daños a terceros) y de 6.000 (el de accidentes). Al igual que los usuarios, las escuelas de esquí también deberán suscribir una póliza para responder ante posibles accidentes sufridos tanto por los profesores que imparten los cursos, como por los alumnos.
Para intentar minimizar los daños en caso de avalancha, las estaciones tendrán que elaborar un protocolo de actuación, del que deberán dar parte a Protección Civil. En él, deberá incluirse un mapa de riesgos de la estación, así como las acciones adoptadas para evitar los problemas detectados y la previsión de los simulacros para cada temporada.
Ante el incremento en el número de accidentes provocados por imprudencias de los propios esquiadores, las estaciones podrán acotar una zona de snowpark para realizar acrobacias, saltos y otras prácticas que entrañen riesgo. Este recinto deberá estar debidamente separado de las pistas.
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