Acabamos de volver de 2Alpes, tras una semana con seis chicos del club asturiano de Torrecerredo. Sol y buena nieve, aunque también el frío, los madrugones y los kilómetros interminables típicos de las salidas de verano a los glaciares.
Aprovechando unos días de descanso en mi pueblo, me hice mil kilómetros hasta Gijón - desde donde salimos - para echar una mano a mi buen amigo Ricardo Hernández, que cada año se encarga de dirigir esta salida de verano. Tras los mil seiscientos kilómetros de rigor llegamos al glaciar un estupendo día soleado, que aprovechamos para descansar, pasear y hacer algo de entrenamiento físico suave. El clima no acompañó todos los días, pero tuvimos buena nieve para entrenar, poca gente en las pistas (para lo que suele ser habitual en estas fechas) e, incluso, una nevadita de 20 centímetros en las que pudimos dejar un par de huellas disfrutando los nueve grados bajo cero de temperatura que hacía a las siete y media de la mañana.
El esquí de verano es así, y uno tiene la oportunidad de concentrarse en trabajar, reencontrarse con viejos compañeros y observar (espiar, dicen algunos, ja, ja) lo que hacen otros entrenadores y otros equipos. También, durante las larguísimas tardes, tras las sesiones de físico se puede pasear, visitar lugares interesantes (por poner un caso, una tarde estuvimos deleitándonos con el portentoso macizo de la Grave, y fantaseando con alguna escapadita invernal) o disfrutar de alguna de las innumerables actividades deportivas que ofrece el glaciar. Por ejemplo, la zona de 2Alpes es un paraíso para los ciclistas y, en concreto para los aficionados al descenso y el enduro en bicicleta, ofrece un increíble parque con todo tipo de saltos, además de un completo entramado de itinerarios con diferentes niveles técnicos.
En fin, ahora no me queda más que seguir trabajando en mi próximo librito y en una interesante novedad que preparo junto con mi colega y amigo Nes, entrenador del CEVA, que también se encontraba desarrollando una de las salidas de su programa en el glaciar. Más adelante les cuento.
¡Feliz verano!
Carolo @ 2007