Bueno amigos, por fin hemos vuelto a tener un día de excelente nieve. Quizás no ha sido todo lo seca que a todos nos gustaría y también preferiríamos que hubieran caído 30 ó 40 centímetros más, pero nos ha dejado disfrutar muchísimo y volver a sentir esas sensaciones tan especiales que nos proporciona la nieve recién caída.
El sábado tuvimos un buen día de esquí de pista, pero ya van demasiados con la nieve bastante dura y, por mucho que la disfrutemos, necesitábamos cambiar de sensaciones, coger los esquís gorditos, sentir el frío en la cara y el fluir de la adrenalina por el cuerpo.
La noche del sábado al domingo salí a cenar por ahí y volví a casa sobre la una de la madrugada, hacía algo de frío, pero no nevaba, y me metí en la cama algo mosqueado. Ya van muchos días esperando nieve y, parecía que íbamos a tener que esperar un poco más.
Pero no. El domingo, sobre la ocho menos diez de la mañana, vi desde la ventana de casa unos magníficos 4 dedos sobre la barandilla. Aparentemente no había viento y, desde la habitación, no parecía muy húmeda. ¡Bien! Un buen desayuno, un suave calentamiento, una rápida ducha, revisar el equipo de seguridad y meter en la mochila un poco de agua. ¡Vamooooos!
Esquís gordos, hoy no hay duda.
En la primera bajada notas la diferencia de la nieve con la de estos últimos días: más lenta, más pesada, te exige otros movimientos, te pide mucha más paciencia y te genera otras sensaciones. La primera es la de pensar si lo estás haciendo bien, y en cuanto haces tres buenos giros seguidos desaparecen las dudas y comienza el disfrute.
Nunca he hecho muchos tramos de bosque, digamos que, hasta ahora, los árboles se juntaban mucho a mi paso, jeje. Eran caprichosos, porque a los que iban delante sí les dejaban pasar, pero conmigo se juntaban mucho más… ;-) Por suerte, y porque le echo ganas, la técnica va mejorando un poco, y, aunque quede mucho por mejorar, parece que ya no se quieren juntar tanto y me dejan pasar la mayoría de las veces. Poco a poco se irán haciendo amigos míos, y sé que, tarde o temprano, me dejarán pasar más cómodamente y disfrutar de lo que tanto tiempo han tenido escondido para mí. Un pequeño tesoro.
No os cuento mucho más, os dejo unas fotografías de lo que fue el día, del bosque sale poco, porque no hay mucho tiempo para sacar la cámara, la gente estaba ávida de nieve buena y lo iban arrasando todo.
Por fin vuelve la nieve a nuestras montañas, espero que siga cayendo estos días, las previsiones así lo dicen, a ver si esta vez sí que se cumplen.
Espero, en breve, volver a la montaña y verla así de nieve. Ya es hora de que caiga durante unos cuantos días seguidos y podáis disfrutar del oro blanco por todas las estaciones de la Península. Os deseo que encontréis la mejor de las líneas posibles y que la disfrutéis como yo he disfrutado este fin de semana.
Un abrazo, sed prudentes en la montaña. Siempre doy algún consejo, aunque no sea un gran esquiador sí que voy cumpliendo unos añitos, y la experiencia enseña: calentad bien, llevad equipo de seguridad, no esquiéis solos fuera de pista, después de esquiar estirad un poquito, que no cuesta nada y hace mucho bien. Y, si podéis, echad una foto y compartirla con nosotros.
Nota del autor: Las fotos aquí publicadas no son "demostraciones de escuela" y no tienen la intención de servir como modelo, sino como mero refuerzo gráfico para el texto. Tengan en cuenta que el autor no es un profesional del esquí y que tanto las ideas vertidas como las ilustraciones sólo muestran la visión y el estilo personal del autor. El esquí es un deporte complejo y que puede ser arriesgado; su aprendizaje y perfeccionamiento es un proceso continuo en el que todos, y por supuesto el autor, estamos inmersos permanentemente; el lector debe interpretar estos artículos según su mejor criterio de prudencia.
Otra nota: Os dejo (en los artículos relacionados) unos de los mejores artículos que yo he leído para esquiar un poco mejor en nieve virgen. Como no, del maestro Carolo.