En Innsbruck Caperucita podía llevarte con los ojos cerrados por los centros comerciales y las tiendas,(incluso se rumorea que tenía tuneado el GPS para que cualquier recorrido pasase por delante de un Ikea)...pero no se había dado cuenta de que pegados a la ciudad y al centro existían remontes de subida.
¡Urgía remediar esta grave falta inmediatamente y empezando por hoy mismo!
Ayer había nevado, también en cotas bajas, mientras que para hoy las previsiones daban cielo casi despejado, ¿será verdad?
¡Pues sí! ¡Al final hasta se nos va a quedar un buen día!
Si bien la base principal de los remontes sea accesible con el coche, nuestro aventureros deciden empezar a conocer la estación subiendo desde el pueblo de Igls con el fascinante funicular Patscherkofelbahn.
En la llegada Caperucita desmuestra un insólito interés por la historia de la estación, aquí han tenido lugar dos ediciones de los juegos olímpicos de invierno.
Siempre hay que hacer un poco de calentamiento antes de empezar a esquiar ¡o también para poder colarse en el bar en espera de la apertura!
Primera impresión de la estación: Encantadora en su oldstyle y enriquecida con la nieve caída recientemente, además hay poca gente.
Y aun más encantadora pudiendo disfrutar de un límpido cielo que permite abarcar con la vista el valle de Stubai, el valle de Inn y Innsbruck...
El tour de la estación no podía sino comenzar desde la pista olímpica.
La llegada de la pista olímpica concluye en la base de la Olympiaexpress donde además se encuentra la pista de bob run.
¿El pisado de pistas? ¡Óptimo!
No podía ser de otra manera visto que todo el equipo de trabajo estaba comandado con maestría y delicadeza por Caperucita.
Por el trabajo realizado la estación no podía por menos que recompensarla con algo de valor....un valor altamente simbólico .
Una muestra gráfica de las otras pistas de la estación.
¿Qué decir de la capacidad de adaptación de Caperucita a cualquier situación no pensada para ella? Como por ejemplo el snowpark...
Supongo que el surfero prefirió volver la cabeza antes que presenciar tamaño espectáculo.
Panorámica desde el punto más alto de la estación.
Llegó el momento de volver al coche, el skiweg para llegar está cerrado así que toca coger el funicular.
Caperucita con eso de que no tiene que conducir se da al contenido de esta bebida refrescante.
Qué decir, me da a mi que era algo más que refrescante visto como tenía que agarrarse aunque la cabina estuviera parada.