Y es eso lo que más me motiva a seguir deslizándome por las pendientes, también la actividad implica viajar y conocer, conocer lugares, si, paisajes, también pero sobre todo gente, gente especial que deambula por el mundo con sus tablas a cuestas y sus ilusiones intactas, conocer personajes que con la casa a cuestas, viajan sin cansancio por los lugares más fríos del planeta en busca del deseado oro blanco.
Estos días en Los Alpes he podido observar sentado en la mesa de un precioso café, a todo ese tipo de gente, que después nos encontrábamos en la nieve, ataviados con todo tipo de utensilios para buscar las líneas más complicadas o descender una y otra vez por inmensas palas de nieve.
También hemos conocido gente que provienen de unas montañas, y trabajan en estas para cambiar, para buscar, para variar, gente encantadora, que nos ha ayudado a comprender un poco más el trasiego alpino.
Lo más bonito de todo es que estás aventuras estoy empezando a compartirlas con una persona muy especial para mí y el solo hecho de ver brillar sus ojos ante la presencia enfrente nuestro de los tipos más conocidos del freeride mundial, ante la inmensidad del terreno que tenemos por delante y ante las dificultades de esquiar con un frío atroz, solo eso ya me vale los viajes, el cansancio y la lucha por continuar atado a este maravilloso mundo.
Porque estoy experimentado de nuevo las sensaciones más primitivas del esquí, las emociones compartidas y los descensos más buscados.
Y espero que estos momentos de ensueño sean solo el comienzo de una aventura más profunda y emocionante, llena de viajes y lugares y llena de respeto y amor a las montañas.
Saludos desde Los Pirineos.
Chamonix - Mont Blanc
Con Anne
Edge
En el Café
Esperando
Guía trabajando
Le espera
La silueta
Les Grands
Luces
Voy
ABS System
Caminando en la nieve