Aspectos asociados a la personalidad: la autoeficacia (2ª parte)

Aspectos asociados a la personalidad: la autoeficacia (2ª parte)
Continuamos desarrollando un aspecto fundamental de nuestra personalidad al esquiar: la autoeficacia percibida

¿Cómo podemos mejorar nuestra autoeficacia? Albert Bandura propone cuatro mecanismos. En primer lugar, desarrollamos las creencias de autoeficacia mayormente a través de nuestros logros de ejecución, es decir, mediante las experiencias de los resultados obtenidos. Nuestras propias ejecuciones constituyen la principal información de autoeficacia al ser experiencias que vivenciamos sobre la propia capacidad para esquiar.

La autoeficacia incrementa cuando percibimos nuestra capacidad para alcanzar ejecuciones de dificultad creciente. Los éxitos incrementan la autoeficacia y los fracasos la disminuyen, particularmente cuando estos ocurren cuando nuestra percepción de autoeficacia no está firme aún, como puede suceder en la etapa de principiantes.

Cabe destacar que el sentido de eficacia no se desarrolla mediante la consecución de éxitos fáciles. Si experimentamos únicamente ejecuciones demasiado realizables, nos acostumbraremos a obtener resultados rápidos y, muy posiblemente, nos desanimaremos ante el primer fracaso. Generalmente, en experiencias anteriores estimamos los efectos de nuestras acciones. La reflexión e interpretación de estos efectos colaboran en la creación de nuestra eficacia personal relacionada con las ejecuciones realizadas. Si obtuvimos experiencias positivas de éxito, muy probablemente incrementemos nuestras creencias de autoeficacia y, por el contrario, si experimentamos fracasos, estos harán disminuir nuestra autoeficacia percibida

En segundo lugar, se encuentra la persuasión verbal, la cual es una estrategia para estimular la creencia sobre las capacidades para alcanzar los objetivos propuestos. Si otro esquiador promueve nuestra convicción sobre nuestras capacidades y potencialidades al enfrentar una dificultad, impulsará nuestro sentido de eficacia personal. Si somos persuadidos verbalmente de que no sólo poseemos las capacidades, sino de que también somos competentes en alcanzar los objetivos propuestos, seguramente realizaremos un mayor esfuerzo.

El éxito de la persuasión verbal depende de la credibilidad y reputación de la persona que lo ejerce. Cuanta más confianza tengamos en la persona que persuade verbalmente, tanto más incrementaremos el propio sentido de eficacia.

Los profesores y los entrenadores con un alto sentido de eficacia siguen persuadiendo verbalmente a alumnos y atletas aun cuando presentan resistencias; aquellos con una baja autoeficacia llegan rápidamente a la conclusión de que no se justifica seguir insistiendo. Los juicios valorativos que emiten estos profesionales influye directamente en la autovaloración de alumnos y atletas.

La experiencia vicaria es la tercera fuente de adquisición de la autoeficacia y la obtenemos mediante la observación de la conducta de los demás. Tomamos como modelos a otros esquiadores a los que podemos observar y aprender. Al observar el éxito o el fracaso ajeno, desarrollamos un proceso de comparación el cual impacta en nuestras propias creencias de autoeficacia.

Al observar a otros esquiadores realizar un esfuerzo para alcanzar el éxito, tendremos mayores probabilidades de que nosotros mismos lo alcancemos a través de nuestra propia creencia de eficacia. Por el contrario, si advertimos que esquiadores con nuestras mismas características se empeñan y no alcanzan resultados, muy posiblemente nuestra autopercepción de eficacia se vea afectada negativamente.

Prestar atención a las ejecuciones de esquiadores de un mismo grupo tiene una fuerza persuasiva que influye en el sentido de eficacia. Cuando nos convencemos de que nuestras ejecuciones son mejores que las del promedio del grupo al que pertenecemos, incrementamos nuestro sentido de eficacia, pero las reducimos en caso contrario.

A menudo observamos los éxitos de los demás, pero no el esfuerzo y la perseverancia que permitieron alcanzarlos. Esta perspectiva nos induce a la creencia de que el éxito sólo lo logran aquellos que poseen las capacidades para alcanzarlo. Por supuesto que las propias habilidades influyen en los logros, pero no debemos subestimar los factores como la motivación, el empeño y la persistencia.

Por último, se encuentra el estado fisiológico, o activación emocional, la cual influye en la percepción de autoeficacia. Estos estados afectan directamente nuestra creencia de autoeficacia. Indicadores somáticos tales como estrés, tensión, fatiga, transpiración, o nuestro mismo estado de ánimo afectan el reconocimiento de la propia capacidad. No es la intensidad de estos indicadores sino cómo los interpretamos. Si lo hacemos como una incompatibilidad personal a la tarea a ejecutar, tendemos a disminuir nuestra autoeficacia, mientras que, si creemos que son síntomas normales y pasajeros, seremos propensos a aumentarla.

Al percibir el incremento de los latidos del corazón antes de una competencia, un atleta podrá inquietarse atribuyéndolo al riesgo que la situación genera; mientras que otro lo podrá atribuir al hecho de activarse emocionalmente para lograr un estado de disposición personal antes de la largada. El atleta, frente al inminente inicio de la bajada, experimenta un estado de ansiedad anticipatoria, o agitación visceral, pero sabe que es normal debido a la situación: una vez iniciada la bajada sabe qué debe hacer. En cambio, el esquiador principiante experimenta ansiedad constante dado que no siempre es consciente de lo que sabe, de lo que puede, o de lo que debe hacer porque, para él, la actividad toda es novedad.

Tenemos la tendencia a esquiar de acuerdo a nuestro estado de ánimo: cuando nos encontramos de buen ánimo, elegimos ejecuciones ambiciosas, mientras que no sería así cuando no lo estamos. De la misma manera este estado de ánimo se relaciona proporcionalmente con la autoeficacia: a mejor ánimo, mayor sentido de eficacia y, cuando nos encontramos con un ánimo negativo, somos propensos a subestimar nuestras capacidades.

Finalizamos con la segunda entrega sobre autoeficacia. Continuaremos con la siguiente y última parte de este concepto en una oportunidad venidera.

¡Hasta la próxima!

2 Comentarios Escribe tu comentario

  • #1
    Fecha comentario:
    04/04/2024 08:59
    #1
    Hace tiempo que no comento, lo que no quiere decir que no siga los articulos, cada vez más interesantes, en mi opinión.

    Todo el.que haya dado clase o entrenado ve reflejados un montón de situaciones con las que se topa a diario y sobre las que reflexionar :+:

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    • Gracias!
  • #2
    Fecha comentario:
    10/04/2024 11:17
    #2
    Estoy de acuerdo con Carolo #1 ... muy interesantes y tengo unos cuantos pendientes de leer, una vez leido siempre os comento!

    karma del mensaje: 18 - Votos positivos: 1 - Votos negativos: 0

    • Gracias!

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