Como habíamos mencionado, los rasgos de la personalidad son patrones relativamente estables y flexibles de nuestras maneras de pensar, sentir, y de relacionarnos con el entorno que explican nuestro comportamiento. Son maneras directamente observables de conducta, o disposiciones más o menos semejantes, estables, y duraderas de comportarnos en la mayor parte de las situaciones.
Si somos esquiadores con un rasgo acelerado de la personalidad, podremos observar un sentimiento de urgencia, o “enfermedad de la prisa”, con las siguientes características:
- Tenemos siempre apuro para llegar al final de la pista.
- No podemos vivir las situaciones con calma porque el tiempo lo proyectamos hacia el futuro.
- El hecho de tener ‘poco’ tiempo nos disturba y nos preocupa cómo aprovecharlo.
- Reconocemos tener un ritmo vertiginoso, pero nos volvemos lentos cuando una actividad no nos es habitual.
- Asociamos la velocidad a nuestras emociones, a la inmediatez, a una esquiada intensa y breve.
- Tenemos miedo de no llegar a esquiar todo lo que deseamos esquiar.
Por el contrario, si presentamos un rasgo pausado, podremos advertir las siguientes particularidades:
- Nos sentimos bien en la lentitud.
- La velocidad nos provoca temor por la posible pérdida de control.
- Solo sintiéndonos bien en una lentitud constante y no apurándonos obtenemos fuerza para enfrentarnos a las situaciones y a las emociones generadas, lo que nos permite vivenciar mejor nuestra esquiada.
- En la lentitud encontramos seguridad, equilibrio y dominio de nuestras acciones, de nuestros movimientos, y de nuestras emociones.
- Interpretamos a la lentitud como una ocasión de toma de conciencia y de reflexión.
- Nuestra evolución es posible gracias a una esquiada pausada que nos permite ocuparnos de una sola cosa por vez y hacerla bien.
- Al vivenciar una esquiada acompasada, sabemos concedernos el tiempo necesario y gozar del momento presente.
Hasta aquí desarrollamos los rasgos de la personalidad más comunes que se observan en las pistas. En los próximos encuentros nos extenderemos sobre los diferentes aspectos de la personalidad que nos afectan positiva o negativamente al esquiar.
¡Hasta la próxima!