Bueno, ya hace una semana que he vuelto de los Dolomitas y tengo una sensación de enganche bestial, y eso que el tiempo no se portó del todo, como comentaba en el hilo meteorológico, sobre todo los dos últimos días de los cuatro que he pasado allí.
Soy una persona bastante indecisa y, pese a que la previsión decía que el mejor día iba a ser el primero, no veía claro lo de empezar mi experiencia bajando la Marmolada, no pudiendo plantarme allí a primera hora como soléis recomendar al estar cansado del viaje y tener que alquilar esquíes, y, encima, con temperaturas relativamente altas dada la época del año. Al final me lie la manta a la cabeza y fui, pensando que, si la pista estaba muy bañerosa, al menos disfrutaría del panorama desde la terraza de Punta Rocca. El caso es que no me dio la impresión de que la pista estuviese mal pese a ser las 11 de la mañana y me lancé. E hice bien, porque estaba estupenda.
Me conformé con una bajada y me fui para Civetta, que me pareció una estación preciosa (era mi primer día y quizá todo me parecía maravilloso). No exagero si digo que la vista del monte homónimo me hacía saltar las lágrimas. Al hacer sol y ser relativamente tarde había pistas paposas y otras en sombra algo heladas, pero el paisaje lo compensaba todo. Sin duda, un gran día.
El segundo ya amaneció nublado. Como quería ir a Seceda y bajar la Longia, me fui a Ortisei por el Paso Sella, que estaba bien. La Longia la bajé a eso de las 13 y estaba algo machacada. Después de comer algo me subí a la zona de Alpe di Siusi, donde la visibilidad dejaba ya bastante que desear. Aquí, una vista del Gruppo Sella y el Sassolungo desde Seceda.
El tercer día amaneció lloviendo en Pozza di Fassa, donde me quedaba, y se me vino un poco el alma a los pies. Aun así, cogí el coche a Pera para subir en la silla a la zona del Catinaccio. Allí el agua ya era nieve (fina) y las pistas estaban geniales, hasta el punto de que, de no haber estado solo, me habría planteado bajar la Tomba. Había muy poca gente, pero no se podía disfrutar de las vistas....
De allí me fui para Campitello para coger el funicular. Me tiré esquiando hasta Selva di Val Gardena y di vuelta. El tiempo empezaba a ponerse difícil, con mucha niebla y copazos de nieve. Me quedé pegado al no poder coger el funicular de vuelta, por lo que me tocó bajar esquiando de mala manera hasta Canazei para coger allí el skibus. Milagro que el coche no se me quedó en el camino de Pozza, porque aún no había pasado la quitanieves y los del alquiler no me habían dado cadenas, pero todo salió bien. Dejo una foto del final de pista en Canazei
El cuarto y último día el panorama no parecía mucho mejor. Siguiendo vuestros consejos, quise centrarme en la zona del Belvedere y aledaños pero, para evitar malos ratos como el día anterior, tiré de skibus y me olvidé del coche. Poca visibilidad, pero al menos, menos intensidad en la nevada. Llegué a Arabba y lo pasé algo mal por lo machacadas que estaban las pistas de la Sella Ronda (tengo que aprender a gestionar las bañeras). Conseguí volver en el funicular de Alba y tirar para Pozza por Ciampac y Buffaure, pero empezó a arreciar la ventisca. Por momentos tuve miedo de quedarme colgado, paraban las sillas de vez en cuando. A pesar de no parar de esquiar, me sentía algo frustrado de no poder hacerlo de una manera más disfrutable, sobre todo, respecto al paisaje, pero la bajada por la Panorámica de Buffaure a Pozza me compensó los malos momentos de esos dos días. Los abetos, la nieve polvo sin apenas gente, y el panorama que por fin se abrió merecieron todo lo demás. Sea en invierno o en verano, tengo que volver.
