Como muchos de vosotros sabeis, Alleghe es uno de los principales pueblos de la región dolomítica. SItuado por un lado a los pies de la estación de Civetta, por el otro linda con el lago del mismo nombre, Alleghe. El lugar es de gran belleza, ya sea por su proximidad al lago como por encontrarse literalemnte pegado a las montañas, de la que destaca imponente el monte Civetta (3220).
La historia que voy a explicar es la del nacimiento del lago, pues aunque parezca mentira, el lago nació un día concreto y se sabe con exactitud cuando. Sucedió el 11 de enero de 1771, cuando un gran deslizamiento de piedras y tierras del monte Piz, frente al monte Civetta, aplastó y sepultó tres aldeas, Riete, Marin y Fusine, muriendo 48 personas. El alud taponó el curso del río Cordevole, que viene de la Marmolada, y debido a la represa natural creada por la gran cantidad de piedras acumulada, el nivel de las aguas creció y se formó el lago de Alleghe, inundando también un pueblo llamado Perón. Un viajero austríaco de origen francés, Baltasar Hacquet, médico y naturalista, visitó la zona en 1780 y después de confirmar los datos del deslizamiento que le dieron las gentes del lugar, advirtió que éste se había producido a causa del carácter volcánico del monte Piz, hipótesis que luego se descartó dándose como causa más probable un movimiento sísmico que hizo ceder las moles verticales de roca caliza (
dolomite) del monte Piz.
De este suceso existen como es natural leyendas populares transmitidas de generación a generación.Una de ellas es esta:
"Un peregrino, procedente de de la localidad sureña de Avoscan, en la tarde del 11 de enero de 1771, cansado y muerto de frío, pidió comida y un lugar para pasar la noche, pero ninguno de los habitantes del pueblo le ayudó. Sólo una pobre viuda con cinco hijos compartió con él la pequeña cena, y le ofreció su techo. Antes de ir a dormir al peregrino les dijo que no tuvieran miedo si oían un gran ruido en la noche, y que permanecieran en el interior de la casa. Aquella noche hubo el terremoto y el alud de piedras, pero la viuda y sus hijos no se movieron de la casa. A la mañana siguiente, el viejo peregrino había desaparecido, así como todas las casas de alrededor, cubierto por el lago."
Para acabar un plano de la zona que aparece en el libro citado de Baltasar Hacquet
En fin, así fueron las cosas y así se las hemos contado.