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richib
Hola MANU. Te dejo algunas reflexiones sobre el mareo.
El cerebro recela de lo desconocido, de lo no catalogado, de aquello a lo que no ha tomado aún la medida y no puede, por tanto, anticipar sus consecuencias. Cuando esquiamos con falta de visibilidad nuestro cerebro ante la falta de datos y la indefensión de nuestro organismo entiende que "algo no va bien".
Cuando te mareas esquiando la tendencia para evitarlo es intentar fijar tu mirada cerca tuyo para ver el relieve o tener un referente delante tuyo para mejorar la visibilidad y por ende tu bienestar corporal.
Cuando nos mareamos en un barco la tendencia para evitarlo es lo contrario, mirar lejos, al horizonte.. curioso, ¿no? (presionarte con los dedos en las muñecas, justo donde se toma el pulso radial he visto muchas veces navegando que es efectivo para eliminar el mareo,)
Para que lo entendamos, cuando conducimos el coche accionamos manos y pies. Cambiamos las velocidades, aceleramos, frenamos y giramos a izquierda y derecha. Cada acción genera estímulos visuales, auditivos y propioceptivos que esperamos percibir. El mundo fluye en dirección contraria, el motor cambia de sonido con los acelerones y cambios de marcha y sentimos los vaivenes del cuerpo con las aceleraciones lineales y angulares del vehículo. Todo encaja, no hay incoherencias. Nuestras acciones y el comportamiento previsible del coche y el mundo están sincronizados.
¿Porque se marea uno menos si nos sentamos junto al piloto?.
Si nos toca ser copilotos podemos en cierta medida anticipar los estímulos generados por la conducción del piloto: "cambiará de velocidad para entrar en la curva... frenará... acelerará para adelantar..." pero no son nuestras neuronas ni nuestros músculos los que actúan. La red neuronal del copiloto se mueve entre hipótesis de menor certeza que las del piloto, especialmente si éste tiene un modo imprevisible de conducir, con brusquedades constantes.
Las neuronas del copiloto no tienen certezas suficientes de lo que va a suceder con el movimiento del coche ni del mundo, no son las agentes de lo que deben procesar. No pueden construir una idea estable del estar del cuerpo en el espacio. El mareo es la percepción que expresa esa incertidumbre sobre movimiento propio y ajeno.
La red neuronal del copiloto libera información a la conciencia sobre la incertidumbre corporal. Algo no va bien. El individuo percibe esa incertidumbre en forma de mareo y en ese mismo momento rebota desde la conciencia a la red la información de que el individuo no se encuentra bien. Cuando algo no va bien, el organismo interpreta como primera previsión que algo inadecuado se ha comido y decide que es mejor eliminar lo comido.
- Te veo pálido. ¿Estás mareado? ¡Para. Creo que va a vomitar!
Demasiado tarde. El cerebro no ha podido procesar toda ese flujo incoherente de estímulos porque aún no sabe suficiente de viajes en coches.
Ese mismo individuo si gira voluntariamente para marearse a conciencia disfrutará viendo como ha engañado a su propio cerebro y le ha hecho creer que el mundo está girando cuando él sabe que está quieto. Esta vez no hay vómitos. El cerebro sabe que ha sido él mismo el causante del suceso y no da la orden de eliminar los macarrones.
Necesitamos copias eferentes para todo si queremos sentir el sosiego en el cuerpo.
Para ello necesitamos confianza y adaptación. Si la red huele enfermedad, desgaste, fragilidad... vulnerabilidad... el sistema se va al carajo y el cuerpo se vuelve sensible a nuestras propias acciones, porque no las sentimos como provenientes de un organismo fiable sino atacado por la certeza de enfermedad.
El cerebro aborrece la incertidumbre. Necesita copias y referencias en todo momento, incluyendo las del propio individuo...
- No me parece normal. Algo tengo que tener... Hay algo en mí que no va bien...
- Es tu cerebro. Está hipervigilante. No te rindas, adáptate al medio.
Saludos.
Richi
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evita
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richib
Hola MANU. Te dejo algunas reflexiones sobre el mareo.
El cerebro recela de lo desconocido, de lo no catalogado, de aquello a lo que no ha tomado aún la medida y no puede, por tanto, anticipar sus consecuencias. Cuando esquiamos con falta de visibilidad nuestro cerebro ante la falta de datos y la indefensión de nuestro organismo entiende que "algo no va bien".
Cuando te mareas esquiando la tendencia para evitarlo es intentar fijar tu mirada cerca tuyo para ver el relieve o tener un referente delante tuyo para mejorar la visibilidad y por ende tu bienestar corporal.
Cuando nos mareamos en un barco la tendencia para evitarlo es lo contrario, mirar lejos, al horizonte.. curioso, ¿no? (presionarte con los dedos en las muñecas, justo donde se toma el pulso radial he visto muchas veces navegando que es efectivo para eliminar el mareo,)
Para que lo entendamos, cuando conducimos el coche accionamos manos y pies. Cambiamos las velocidades, aceleramos, frenamos y giramos a izquierda y derecha. Cada acción genera estímulos visuales, auditivos y propioceptivos que esperamos percibir. El mundo fluye en dirección contraria, el motor cambia de sonido con los acelerones y cambios de marcha y sentimos los vaivenes del cuerpo con las aceleraciones lineales y angulares del vehículo. Todo encaja, no hay incoherencias. Nuestras acciones y el comportamiento previsible del coche y el mundo están sincronizados.
¿Porque se marea uno menos si nos sentamos junto al piloto?.
Si nos toca ser copilotos podemos en cierta medida anticipar los estímulos generados por la conducción del piloto: "cambiará de velocidad para entrar en la curva... frenará... acelerará para adelantar..." pero no son nuestras neuronas ni nuestros músculos los que actúan. La red neuronal del copiloto se mueve entre hipótesis de menor certeza que las del piloto, especialmente si éste tiene un modo imprevisible de conducir, con brusquedades constantes.
Las neuronas del copiloto no tienen certezas suficientes de lo que va a suceder con el movimiento del coche ni del mundo, no son las agentes de lo que deben procesar. No pueden construir una idea estable del estar del cuerpo en el espacio. El mareo es la percepción que expresa esa incertidumbre sobre movimiento propio y ajeno.
La red neuronal del copiloto libera información a la conciencia sobre la incertidumbre corporal. Algo no va bien. El individuo percibe esa incertidumbre en forma de mareo y en ese mismo momento rebota desde la conciencia a la red la información de que el individuo no se encuentra bien. Cuando algo no va bien, el organismo interpreta como primera previsión que algo inadecuado se ha comido y decide que es mejor eliminar lo comido.
- Te veo pálido. ¿Estás mareado? ¡Para. Creo que va a vomitar!
Demasiado tarde. El cerebro no ha podido procesar toda ese flujo incoherente de estímulos porque aún no sabe suficiente de viajes en coches.
Ese mismo individuo si gira voluntariamente para marearse a conciencia disfrutará viendo como ha engañado a su propio cerebro y le ha hecho creer que el mundo está girando cuando él sabe que está quieto. Esta vez no hay vómitos. El cerebro sabe que ha sido él mismo el causante del suceso y no da la orden de eliminar los macarrones.
Necesitamos copias eferentes para todo si queremos sentir el sosiego en el cuerpo.
Para ello necesitamos confianza y adaptación. Si la red huele enfermedad, desgaste, fragilidad... vulnerabilidad... el sistema se va al carajo y el cuerpo se vuelve sensible a nuestras propias acciones, porque no las sentimos como provenientes de un organismo fiable sino atacado por la certeza de enfermedad.
El cerebro aborrece la incertidumbre. Necesita copias y referencias en todo momento, incluyendo las del propio individuo...
- No me parece normal. Algo tengo que tener... Hay algo en mí que no va bien...
- Es tu cerebro. Está hipervigilante. No te rindas, adáptate al medio.
Saludos.
Richi
Richi, confiesa que esto lo has copia
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